Washington, 27 mar (EFE).- La investigación sobre la posibilidad de que el equipo del presidente, Donald Trump, se coordinara con Rusia durante las elecciones ha llegado a su círculo más cercano, tras el acuerdo de su yerno y asesor, Jared Kushner, de testificar voluntariamente ante un comité del Senado sobre sus contactos con representantes del Kremlin.
La Casa Blanca confirmó hoy que Kushner testificará «voluntariamente» sobre sus contactos con funcionarios rusos ante el comité de Inteligencia del Senado, que investiga los intentos de Moscú de influir en las elecciones presidenciales del pasado noviembre en las que Trump se impuso a la demócrata Hillary Clinton.
En rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que los contactos de Kushner con representantes rusos se debían a que el marido de Ivanka Trump, hija del mandatario, era el enlace oficial con gobiernos extranjeros.
El portavoz aseguró que Kushner está «encantado» de tener la oportunidad de explicar su «papel y los individuos con los que se reunió», para acallar «el frenesí mediático» levantado.
«Él era el punto de contacto con gobiernos extranjeros hasta que hubo un equipo en el Departamento de Estado, ya que hubo un retraso (hasta que el secretario de Estado, Rex Tillerson, fue confirmado en febrero)», explicó Spicer.
Según el diario The New York Times, Kushner se reunió con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, tanto durante la campaña electoral como en el período de transición que va entre noviembre y el 20 de enero, cuando el mandatario asumió el cargo.
Además, a petición de Kislyak -quien también mantuvo contactos con Michael Flynn, dimitido ex consejero de Seguridad Nacional-, se reunió en diciembre con el banquero ruso Serguéi Gorkov, consejero delegado del banco nacional ruso Vnesheconombank y graduado de la academia de los servicios secretos rusos.
Según Spicer, Kushner «ejecutó su rol» y realizó las tareas que tenía encomendadas como miembro del círculo cercano de la campaña de Trump y posteriormente del equipo de transición, que le llevaron a verse con «un número incontable de personas».
El portavoz aseguró que el Senado no ha confirmado cuándo quiere reunirse con Kushner, que podría librarse de tener que declarar bajo juramento al ofrecerse a comparecer de manera voluntaria.
Según el diario The Washington Post, el presidente del Comité de Inteligencia del Senado, el republicano Richard Burr, llevaba semanas considerando la necesidad de que Kushner compareciera para dar explicaciones.
La investigación, que tiene a varios colaboradores de Trump bajo la lupa y ya ha llevado a Paul Manafort, ex jefe de campaña del mandatario, a ofrecerse a declarar sobre sus vínculos con el Kremlin, llega ahora al yerno del presidente y al grupo de indispensables del Despacho Oval.
El Congreso estadounidense investiga los intentos rusos de influir en las elecciones estadounidenses, algo que está tomando un cariz de intriga palaciega por informaciones sobre la posibilidad de que hubiera algún tipo de coordinación entre miembros del equipo de Trump con Rusia para dinamitar la imagen de Clinton durante la campaña.
La semana pasada, el director de Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey, confirmó que desde julio están investigando con técnicas de contrainteligencia los intentos de Rusia de influir en las elecciones estadounidenses.
Para complicar más las cosas, Trump afirmó a mediados de mes que el expresidente Barack Obama había ordenado pinchar sus comunicaciones en la Torre Trump de Nueva York, una afirmación que levantó la polémica por no sostenerse con hechos y no haber surgido desde entonces indicios que pudiera ser cierto.
El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Devin Nunes, levantó aún más polvo cuando aseguró la semana pasada en la entrada de la Casa Blanca que había informado al presidente sobre la posibilidad de que sus comunicaciones hubiesen sido interceptadas de manera indirecta, mientras se espiaba con orden judicial a otros.
Nunes, criticado por legisladores de todo signo político por su falta de independencia, dijo hoy que se reunió con la fuente de su revelación en «los terrenos de la Casa Blanca» el día antes de hacerla pública para poder contar así con una «localización segura».
El portavoz de la Casa Blanca no confirmó o negó si la fuente que informó a Nunes era miembro del equipo de Trump: «Cualquier cosa es posible», señaló Spicer.