Washington, 2 mar (EFE).- La Agencia de Protección Ambiental (EPA) anunció que dejará de pedir solicitudes de información a empresas del petróleo y del gas para monitorear su contaminación.
En un comunicado, la EPA aseguró que retira, de forma inmediata, las solicitudes que obligan a los propietarios y operadores de la industria del petróleo y gas natural a proporcionar información sobre equipos y emisiones en las operaciones existentes del sector.
Esta medida también incluye a las compañías que recibieron una extensión en la fechas de entrega para proporcionar la información sobre contaminación, que ya no están obligadas a responder.
El pasado 10 de noviembre, la agencia envió la Solicitud de Recolección de Información (ICR) a las empresas con el objetivo de determinar cómo reducir el metano y otras emisiones dañinas provenientes de la industria de petróleo y gas natural.
La agencia aseguró que evaluará la necesidad de la información que estaba recolectando a través de estas solicitudes, después de que nueve procuradores generales estatales y los gobernadores de Misisipi y Kentucky expresaran su preocupación por la existencia de este método.
«Al dar este paso, la EPA demuestra que tomamos estas preocupaciones seriamente y estamos comprometidos a fortalecer nuestra asociación con los estados. La acción de hoy reducirá las cargas en las empresas, mientras que examinamos de cerca la necesidad de información adicional de esta industria», afirmó el director de la EPA, Scott Pruitt.
Estas solicitudes constaban de una encuesta que demandaba información básica sobre los números y tipos de equipos en todas las instalaciones de producción de petróleo y gas en territorio estadounidense.
Además, una «encuesta de instalaciones» pedía aclaración más detallada sobre las fuentes de emisiones de metano y los dispositivos o las prácticas de control de emisiones en uso a través de un muestreo representativo.
Durante el Gobierno del expresidente Barack Obama, la EPA envió cartas a más de 15.000 propietarios y operadores del petróleo y el gas para exigirles que proporcionaran datos sobre la contaminación que conllevaba su actividad.
El pasado martes, el presidente, Donald Trump, también ordenó a la EPA que revisara una norma de 2015 que da autoridad al Gobierno federal para limitar la polución en las distintas masas de agua del país.
La orden de Trump no tiene un impacto legal inmediato y consiste básicamente en pedir una revisión de la norma, pero tiene peso simbólico porque supone la primera acción del presidente contra las medidas de Obama para proteger el medioambiente.
Pruitt, un conocido escéptico del cambio climático, fue confirmado por el Senado el pasado 17 de febrero pese al intento de bloqueo de los demócratas, y es una victoria para los republicanos que buscan dar marcha atrás a las regulaciones federales para frenar el calentamiento global.
Durante la Presidencia de Obama, quien había colocado la política medioambiental como una de sus prioridades, la EPA se situó como una de las agencias federales que más habían crecido, en recursos y personal.