Bogotá (AFP) – Los colombianos eligen este domingo un nuevo Congreso que podría quedar bajo control de la derecha más opuesta al pacto de paz con las FARC, la exguerrilla que debutó en las urnas como partido.
Nunca antes en 50 años los millones de votantes de la cuarta economía de Latinoamérica habían ido a las urnas sin la amenaza de los grupos rebeldes.
En una jornada que se extenderá hasta las 16H00 locales (21H00 GMT), los electores deciden en calma el parlamento con el que gobernará el futuro sucesor del presidente Juan Manuel Santos.
Al mismo tiempo está en juego el apoyo a la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), el partido surgido del desarme de los rebeldes comunistas.
Aunque ya tiene garantizada una representación en el próximo Congreso bicameral (10 de 280 escaños), este movimiento debió abandonar la carrera por la presidencia a raíz de la delicada enfermedad coronaria de su líder y candidato, Timochenko.
«Es la primera vez que en mi vida voto y lo hago por la paz», señaló Pablo Catatumbo, futuro senador de la FARC y quien se incorporó a la lucha rebelde en 1975.
Los comicios, que también se desarrollan en medio de la tregua unilateral del Ejército de Liberación Nacional (ELN), marcan el inicio de la contienda para definir el próximo presidente el 27 de mayo.
Y aunque son unas elecciones cargadas de simbolismo para los 7.000 exguerrilleros que se desarmaron el año pasado y que hora votan, las fuerzas de la derecha, en cabeza del expresidente y senador Álvaro Uribe, podrían ser las protagonistas.
– ¿Modificar la paz? –
Las encuestas proyectan el triunfo del Centro Democrático, el partido de Uribe, y de otros movimientos opositores a Santos que prometen modificar el acuerdo firmado con las FARC a finales de 2016.
El exmandatario se perfila como uno de los senadores más votados y, si se confirman los pronósticos, la derecha pasará a ser mayoría en el Congreso, con un añadido: la izquierda llega fragmentada y con el riesgo de perder su representación.
Además enfrenta uno de los males crónicos de la democracia colombiana en la que el voto es voluntario: una abstención que ronda el 60%.
Aunque difícilmente podría reformar lo sustancial del acuerdo de paz, la victoria de la derecha dura genera incertidumbre frente a la implementación del sistema de justicia pactado con la exguerrilla para atender a las millones de víctimas de la guerra.
«Solo el hecho de no implementar lo que se ha firmado, sería suficiente para que este acuerdo no tenga consecuencias», señaló a la AFP el analista Frédéric Massé.
En ese sentido, el mayor problema serían los proyectos pendientes que reglamentan los compromisos asumidos con la ya disuelta guerrilla, que incluyen reformas rurales y políticas.
Además, la derecha también podría llegar a la presidencia y eso le daría largas a un eventual acuerdo con el ELN, con el que Santos intenta alcanzar la paz.
– «Mejor que en el monte»-
Este domingo los exguerrilleros marxistas sabrán qué tanto ha calado su mensaje de perdón.
En las ciudades, donde paradójicamente menos se sintió el conflicto, el resentimiento con las FARC está presente en los votantes.
«Primero tienen que enmendar todo el daño que hicieron; tienen que limpiar toda la sangre que derramaron y luego sí demostrar que son capaces de ser líderes», sostuvo Ruby Cascabita, una psicóloga de 51 años.
El nuevo partido de la rosa roja pretende contra todo pronóstico aumentar su representación tras suspender los actos de plaza pública por intentos de agresión a sus candidatos.
El pacto con el que comenzó a extinguirse el conflicto armado, les permite a los excomandantes rebeldes ejercer la política sin aún haber confesado sus crímenes y reparado a las víctimas.
Quienes cumplan con los compromisos de verdad y reparación y desistan de volver a las armas, podrán recibir penas alternativas a prisión.
Y esto es precisamente lo que más irrita a Uribe y a los sectores que se impusieron en el plebiscito sobre el pacto de paz, obligando a renegociar algunos puntos. Aun así, nunca quedaron satisfechos.
– Carrera presidencial –
Las legislativas repercutirán además en la disputa presidencial. Este domingo las principales tendencias definirán sus candidatos en consultas interpartidistas.
Por la derecha parte como favorito el senador Iván Duque, del Centro Democrático, quien se batirá con la conservadora Marta Lucía Ramírez y el exprocurador Alejandro Ordóñez.
En la otra orilla, el exalcalde de Bogotá y exguerrillero Gustavo Petro tiene prácticamente asegurado su triunfo contra Carlos Caicedo, exmandatario de la ciudad caribeña de Santa Marta.
Las consultas se han visto manchadas porque en varias zonas se acabaron los tarjetones. Los candidatos han señalado presuntos «fraudes», «sabotaje» y «trampa» ante esta eventualidad, que la Registraduría achaca a problemas presupuestales.
Duque, Petro y el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo (centro) lideran la intención de voto en los sondeos.
Los resultados de esta jornada, a la que están convocados más de 36 de los 49 millones de colombianos, darán luces sobre la bancada con la que contará el sustituto de Santos.
Con Petro, la izquierda tiene por primera vez opciones reales de poder en un país gobernado históricamente por la derecha, aunque podría quedar sin apoyo en el parlamento.
Si las encuestas no fallan, un victorioso Duque tendría por el contrario las mayorías en un Congreso donde se topará con los exguerrilleros que tanto detesta su padrino político.