México (AFP) – El temblor de magnitud 7,1 que sacudió el centro y sur de México el martes pasado se originó cerca de la Brecha de Guerrero, una proximidad inquietante porque, según expertos, esta zona sísmica habría acumulado gran tensión en el último siglo.
El movimiento dejó un muerto y daños en viviendas, hospitales, comercios y hoteles principalmente en el puerto turístico de Acapulco.
México registra una intensa actividad sísmica por hallarse en el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia y donde ocurren la mayoría de los terremotos en el mundo.
En el país aún está presente el recuerdo del sismo de 7,1 del 19 de septiembre de 2017, que sacudió la región central y dejó 369 muertos, principalmente en la capital. En esa misma fecha, pero en 1985, Ciudad de México fue devastada por terremotos que dejaron más de 10.000 fallecidos.
¿Dónde se produjo el sismo del martes? –
El epicentro fue localizado 11 km al sureste de Acapulco, en el sureño estado de Guerrero. Esa región suele registrar temblores por la interacción de las placas tectónicas de Cocos y Norteamérica.
«La placa de Cocos, que está debajo del mar, está todo el tiempo tratando de entrar por debajo de Norteamérica, que es la placa continental en donde está la mayor parte del territorio de México», explica Arturo Iglesias, jefe del Servicio Sismológico Nacional.
En la zona de subducción (hundimiento) de esas placas se ubica la Brecha de Guerrero, una franja de 230 kilómetros entre Acapulco y Papanoa, población del municipio de Tecpan de Galeana.
¿Por qué genera preocupación?
Pese a que los sismos no se pueden predecir, la Brecha de Guerrero genera inquietud porque no ha tenido un movimiento telúrico importante desde 1911.
«Es una zona que está frente a las costas de Guerrero que lleva bastante tiempo sin un sismo importante. No hay certeza, todo esto son cuestiones de estadística», dice la doctora Ana María Soler, directora del Museo de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Ya son 110 años donde no ha ocurrido un sismo y típicamente ocurren con tasas de retorno de entre 30 y 50 años. Esa tasa ya está excedida», añade Iglesias.
¿Qué podría ocurrir en la Brecha de Guerrero?
Aunque es imposible predecir cuándo ocurrirá un terremoto, los especialistas estiman que un sismo grande o varios de menor intensidad podrían ocurrir allí.
«La orilla noroeste de la brecha ya rompió en un sismo en 2014, entonces lo que queda de la brecha puede generar un sismo hasta de 7,8, pero pueden ser más sismos y pequeños», apunta Iglesias.
El experto detalla que la tasa de retorno de los temblores en esa área podría ser mucho más larga de lo que originalmente se había pensado.
«Se sabe bien que esta zona tiene un potencial sismogénico importante, tan es así que tenemos un sistema de alerta temprana para Ciudad de México», observa.