Lima (AFP) – A sus 38 años, Kenji Fujimori parece ser la última carta del partido más votado de Perú para sobrevivir ahora que su hermana y su padre están presos, pero él no se muestra interesado en retomar la actividad política.
Cara amable del fujimorismo, Kenji tiene fama de moderado y conciliador, en contraste con su belicosa hermana Keiko y con su octogenario padre Alberto Fujimori, quien gobernó autoritariamente el país de 1990 a 2000.
«De los tres Fujimori en política, Kenji es el que tiene más futuro de cara al año electoral de 2021 porque la reputación de Keiko ha quedado muy dañada con la cárcel y el padre está fuera de escena política por razones de salud», dice a la AFP el analista político Augusto Álvarez.
El fujimorismo es una amalgama populista, de conservadurismo moral y modelo económico neoliberal, que desde 1990 consigue muchos votos en todos los estratos sociales de Perú.
«El fujimorismo vigente es el de Kenji», declara a la AFP el analista Juan de la Puente.
El benjamín del clan fue el candidato al Congreso más votado en los comicios de 2011 y 2016, en los que su hermana perdió la presidencia en sendos balotajes.
Keiko, ahora de 43 años, fue derrotada en 2016 por Pedro Pablo Kuczynski, pero el partido fujimorista Fuerza Popular que ella lidera mostró su fortaleza al ganar 70 de las 130 bancas del Congreso unicameral.
La primogénita del expresidente Fujimori puso a los parlamentarios de Fuerza Popular a trabajar infatigablemente para sacar del poder a Kuczynski, lo que consiguió en marzo pasado.
Pero su cruzada causó una guerra fratricida con Kenji, quien tendió la mano a Kuczynski para obtener un indulto para su padre, preso desde 2007 por una condena de 25 años por crímenes contra la humanidad.
– «Contento de ganarme los frejoles» –
Kenji consiguió el indulto para su padre en la Navidad de 2017 y Keiko obtuvo la renuncia de Kuczynski tres meses después. Ambos coronaron sus metas, pero la guerra entre ellos no acabó, sino que recrudeció.
Un legislador incondicional de Keiko acusó a Kenji de intentar comprar su voto para salvar a Kuczynski, denuncia que precipitó la renuncia del presidente.
Esta denuncia condujo a que el Congreso suspendiera de su escaño a Kenji, quien paralelamente abandonó el partido que había fundado con su hermana en 2011.
Ahora, 55 legisladores firmaron una petición para que Kenji recupere su escaño parlamentario, primer paso de cara a las elecciones de 2021.
«Quiero agradecer la buena intención, la buena fe de mis nobles amigos del Congreso», pero «(estoy) contento y tranquilo ganándome los frejoles como todo peruano», tuiteó Kenji, al divulgar un video en que lucía feliz vendiendo frutas en un mercado de Lima.
Kenji había advertido a Keiko que echar a Kuczynski podía llevar nuevamente a la cárcel a su padre. Y tenía razón.
El 3 de octubre del año pasado, la Corte Suprema anuló el indulto del expresidente, quien fue internado en una clínica hasta que fue devuelto a prisión en enero.
En paralelo, la fiscalía avanzó en la investigación de los supuestos aportes ilegales de la constructora brasileña Odebrecht a la campaña de Keiko en 2011, una causa que salpica también a cuatro expresidentes peruanos.
En octubre, Keiko fue enviada a prisión preventiva por 36 meses, lo que amenaza su aspiración de disputar la presidencia por tercera vez en 2021. Su popularidad ha caído drásticamente.
Con su hermana presa y con su padre jubilado de la política por su edad y mala salud, Kenji parece ser la única carta del clan peruano de ancestros japoneses para volver al poder.
Pero él no muestra interés en retomar su carrera política, aunque algunos piensan que esto podría ser parte de una estrategia y que retornará más adelante.
– También puede ir preso –
De la Puente no descarta que el cisma en el fujimorismo sea definitivo y que no se unan para los comicios de 2021.
«Si Kenji construye su propia versión del fujimorismo, lo más probable es que se mantengan dos bandos: el de Keiko y el de Kenji», dice.
Aunque superen sus pugnas y los hermanos Fujimori vuelvan a unirse, no tienen garantizado el triunfo en 2021, según Álvarez.
«Incursionar en política ha sido una debacle para los hijos de Fujimori. Las elecciones de 2021 van a ir por otro lado, no por el de un nuevo Fujimori», afirma el analista.
Además, Kenji corre el riesgo de ir a prisión, como su hermana y su padre, por la acusación de que intentó comprar votos de otros parlamentarios.