Lima (AFP) – El Tribunal Constitucional de Perú declaró el lunes fundado un recurso que buscaba la libertad de la líder opositora Keiko Fujimori, por lo que anuló la orden de prisión preventiva que cumplía desde hace casi 13 meses por el escándalo de la brasileña Odebrecht.
«El tribunal ha acordado aceptar el hábeas corpus» presentado en favor de Keiko por su hermana Sachi Fujimori, dijo el presidente de esa corte, Ernesto Blume, al anunciar un fallo inapelable.
Keiko, de 44 años, fue enviada a prisión el 31 de octubre de 2018 por supuestamente interferir en las indagaciones de la fiscalía sobre el escándalo de Odebrecht.
Responsables de la constructora confesaron haber repartido ilegalmente decenas de millones de dólares entre miembros de la clase política peruana, incluidos cuatro expresidentes.
Para evitar que siguiera interfiriendo, el fiscal José Domingo Pérez pidió a la justicia 36 meses de prisión preventiva para la primogénita del también encarcelado expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000). Luego el periodo fue bajado a 18 meses por la Corte Suprema.
Blume aclaró, sin embargo, que el Tribunal Constitucional no se pronunció sobre el fondo de la acusación contra Keiko, pues un fallo de absolución o condena deberá ser dictado más adelante por otras instancias judiciales.
«Se ha hecho justicia, una justicia divina. Dios es grande. Quiero que salga mi esposa de la cárcel y juntos irnos a casa con mis hijas», dijo el marido de Keiko, el estadounidense Mark Vito Villanella, quien cumplía afuera del penal una huelga de hambre desde hace 13 días para presionar por la liberación de su mujer.
Aliados de Keiko y decenas de partidarios acudieron afuera de la cárcel femenina de Chorrillos, en el sur de Lima, donde se abrazaron y rezaron con su marido.
«Se hizo justicia. Keiko es una mujer inocente. Su esposo tuvo que hacer huelga de hambre para que la liberen», dijo llorando a la AFP Mabel Alcalá, militante fujimorista.
Keiko no será liberada de inmediato, pues deben cumplirse ciertas formalidades.
Blume explicó que por mayoría de cuatro a tres, el Tribunal falló a favor de Keiko por considerar que los jueces habían afectado su derecho «a la libertad personal». El fallo será notificado recién este jueves a las partes.
Al anochecer, medio millar de personas se congregaron a protestar en el centro de Lima contra la resolución.
«Es una decisión injusta, es como un insulto para el país», dijo una manifestante al canal N.
– Otro Perú –
Considerada como la persona más poderosa de Perú entre 2016-2018, Keiko encontrará un escenario político muy distinto al que había cuando fue enviada a prisión, pues su popularidad ha caído estrepitosamente.
El presidente Martín Vizcarra, a quien ella trató de dominar sin éxito, disolvió el Congreso hace dos meses y convocó a nuevos comicios legislativos para el 26 de enero, en los que el partido de Keiko, Fuerza Popular (derecha populista), corre el riesgo de perder la holgada mayoría absoluta que detentaba desde 2016.
Keiko está acusada de recibir aportes ilegales de Odebrecht para su campaña electoral en 2011, en un escándalo que salpica también a cuatro expresidentes, incluido el socialdemócrata Alan García (1985-1990 y 2006-2011), quien se suicidó en abril cuando iba a ser detenido.
La familia de ancestros japoneses que ha marcado la política peruana en las últimas tres décadas también tiene ahora el desafío de unirse, pues Keiko rompió hace casi dos años con su hermano menor Kenji, de 39 años.
Ambos están enfrentados por el sillón que su padre ocupó durante una década y que dejó en medio de un escándalo de corrupción. Muchos peruanos admiran a Alberto Fujimori porque derrotó a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso y la hiperinflación heredada de Alan García, y sus hijos se beneficiaron de esta popularidad.
– Los hilos del Congreso –
Keiko ha pasado la mitad de su vida en política. En 1994, con 19 años, la separación de sus padres la propulsó a convertirse en primera dama sustituta.
Perdió en 2011 la presidencia ante Ollanta Humala en balotaje y fue derrotada de nuevo en 2016 por Pedro Pablo Kuczynski, pero su partido consiguió la mayoría absoluta en el Congreso.
Su mayoría parlamentaria le permitió mantener contra las cuerdas a Kuczynski hasta forzarlo a renunciar en marzo de 2018, tres meses después de que el mandatario indultara a su padre. El perdón presidencial luego fue anulado y Alberto Fujimori volvió a prisión.
La campaña contra Kuczynski terminó por enemistar a Keiko con Kenji, lo que debilitó al fujimorismo y contribuyó a llevar de vuelta a prisión a su padre, ahora de 81 años, para terminar de cumplir una sentencia de 25 años por crímenes contra la humanidad y corrupción.
Hace un año, la filtración de los contenidos del chat grupal de los líderes fujimoristas, llamado «La Botica», develó el modo autocrático en que Keiko manejaba el Congreso peruano desde las sombras, aunque no era legisladora.