Nueva York (AFP) – El juicio en Estados Unidos contra el mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, acusado de dirigir uno de los mayores imperios narcotraficantes del mundo, comenzará en noviembre, dos meses después de lo previsto, según dispuso el lunes el juez a cargo del caso.
La selección de los miembros del jurado comenzará el 5 de noviembre, en lugar del 5 de septiembre, como estaba programado inicialmente, decidió el juez Brian Cogan tras una solicitud de la defensa.
Es la segunda vez que Cogan pospone el juicio, que debía haber comenzado en Nueva York (costa este) el pasado abril.
La defensa solicitó este último aplazamiento hace 10 días, argumentando que era imposible estar lista para enfrentar el proceso ante los miles de documentos nuevos producidos por asesores legales del gobierno.
El lunes, el abogado de Guzmán, Eduardo Balarezo, expresó su descontento por considerar que 60 días no son suficientes y dijo que su cliente estaba «muy decepcionado».
«Dada la inmensa cantidad de información que debe revisar la defensa (…) el señor Guzmán pensó que una demora de cinco meses era apropiada», dijo Balarezo en un comunicado.
«Él cree que la fiscalía está haciéndolo a propósito para negarle un juicio justo y confía en que un jurado imparcial se dé cuenta de eso en el juicio», agregó.
En una moción presentada el 6 de julio, Balarezo dijo que el gobierno de Estados Unidos acababa de recoger una gran cantidad de material sobre el caso: 117.000 archivos de audio y 1.125 páginas de documentos, junto con fotos y videos.
Tras una audencia el 26 de junio, Balarezo había anticipado que su cliente no se declarará culpable de ningún delito ni colaborará con las autoridades estadounidenses.
Guzmán, de 61 años, está encarcelado en Nueva York desde su extradición a Estados Unidos el 19 de enero de 2017, luego de protagonizar dos espectaculares fugas de prisión en México.
El mexicano está acusado de 17 delitos, entre ellos liderar el Cartel de Sinaloa durante 25 años y transportar al menos 200.000 kilos de cocaína a Estados Unidos.
Si es declarado culpable, puede pasar el resto de su vida en una prisión estadounidense de máxima seguridad.