Nueva York (AFP) – El aguardado juicio del mexicano «El Chapo» Guzmán, uno de los mayores jefes del narcotráfico del mundo, tendrá lugar a partir del 5 de noviembre en la corte de Brooklyn como estaba previsto, decidió el martes el juez Brian Cogan, al negar transferir el proceso.
La defensa de Joaquín Archivaldo «El Chapo» Guzmán pedía celebrar el juicio en Manhattan, donde el acusado está encarcelado desde enero de 2017, para evitar «el circo» que supone cada uno de sus viajes a la corte: cierre del puente de Brooklyn, decenas de coches policiales y ambulancias con sirenas ensordecedoras, y helicópteros.
Los abogados de El Chapo aseguran que este dispositivo afecta la imagen de su cliente al presentarlo como un hombre extremadamente peligroso. El juez Cogan sostuvo que estas inquietudes «son válidas» pero serán «totalmente atendidas», aunque aún no precisó cómo.
William Purpura, uno de los abogados de El Chapo, dijo a periodistas que durante el juicio que durará unos cuatro meses El Chapo pernoctaría en una prisión más cercana a la corte de Brooklyn.
Extraditado a Estados Unidos en enero de 2017, El Chapo, de 61 años, está acusado de 17 delitos, entre ellos liderar el cártel de Sinaloa durante 25 años y transportar al menos 200.000 kilos de cocaína a este país. Si es declarado culpable, podría pasar el resto de su vida en prisión.
Durante la audiencia, las partes cruzaron argumentos sobre el deseo de la fiscalía de presentar en el juicio evidencia sobre más de 20 homicidios supuestamente cometidos u ordenados por El Chapo.
La defensa busca bloquear esta evidencia a toda costa, y argumenta que este es un caso de tráfico de drogas y no de homicidio.
Los abogados de El Chapo se quejaron otra vez de que aún desconocen la identidad de los testigos que el gobierno presentará en el juicio.
«El gobierno no nos da una lista de testigos (…) Nos estamos preparando para este caso con ambas manos atadas», dijo al juez el abogado Eduardo Balarezo.
«Sobre Joaquín están echando todo lo que pueden, la mayoría de las pruebas son declaraciones de informantes, y cada uno está buscando una condena más baja», dijo luego Balarezo a periodistas.
El Chapo, vestido con uniforme azul de presidiario, estuvo presente en la audiencia, y cruzó varias miradas con su esposa, la joven exreina de belleza Emma Coronel, de 29 años. Esta vez las pequeñas hijas mellizas no asistieron a la audiencia.
El abogado de El Chapo contó a la prensa que «tras más de un año con dolor» finalmente el lunes el gobierno estadounidense atendió el pedido del acusado de que le arreglaran una muela.
La próxima audiencia fue fijada para el 20 de septiembre.