Miami (AFP) – El huracán Irma tocó tierra en Cuba la noche del viernes con la fuerza destructiva de la categoría 5 -la más alta-, tras dejar casi una veintena de muertos en el Caribe y enfilar a Estados Unidos, donde miles de personas han sido evacuadas.
La monstruosa tormenta alcanzó el archipiélago cubano de Camagüey, situado al norte de la isla, a las 03H00 GMT de este sábado, con vientos máximos sostenidos de 260 km/h.
El ojo del huracán se encontraba a 190 kilómetros al este-sureste de la ciudad cubana de Caibarién y a 485 kilómetros de Miami.
Copiosas precipitaciones azotaban desde más temprano a la isla, donde fueron desalojadas más de un millón de personas.
En las zonas turísticas de la costa norte, más de 10.000 turistas extranjeros y varios miles de veraneantes cubanos fueron trasladados a lugares seguros, en tanto La Habana estaba en fase de «alerta».
Está previsto que Irma, calificada por las autoridades estadounidenses como «catastrófica», golpee el estado de Florida este fin de semana.
Ante su llegada en las próximas horas, cientos de miles de residentes cargaron sus vehículos con todo tipo de enseres y provisiones.
Las autopistas quedaron colapsadas de gente que abandonaba las zonas de riesgo, mientras convoyes militares se dirigían al sur con gasolina para permitir el traslado de más personas.
Las autoridades de Florida ordenaron la evacuación de más de 5,6 millones de habitantes, informó la dirección de la operaciones de emergencia, ya que se prevé que Irma golpee los cayos (islas) de Florida este sábado antes de avanzar tierra adentro, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Todo indica que llegará al «estado del sol» estadounidense este sábado por la noche o el domingo por la mañana, primero azotando los cayos y luego Miami, con ráfagas de viento de 240 km/h, según el NHC.
El gobernador de Florida, Rick Scott, ya había advertido de que los 20,6 millones de habitantes del estado «deben estar preparados para evacuar pronto». «Esta es una tormenta catastrófica como este estado nunca ha visto antes», enfatizó. Las autoridades de Florida habilitaron albergues.
– «No nos asustas» –
Antes de partir, en el parque de casas rodantes Sunnyside, un barrio de trabajadores en el oeste de Miami, los residentes protegían sus frágiles viviendas con planchas de madera o zinc.
«Los techos van a salir volando igual», se lamentaba Pedro Martí, un plomero cubano de 49 años, mientras ponía de todos modos las planchas de madera, que él mismo tachó de «ridículas». «No voy a encontrar nada cuando vuelva», dijo resignado.
Las autoridades de West Palm Beach decretaron un toque de queda para este sábado, mientras que en Miami Beach, la avenida Ocean Drive, usualmente llena de vida con sus famosas tiendas y restaurantes, más con la noche fresca y sin lluvia de este viernes, estaba desierta.
«No nos asustas Irma», se leía en algunos grafitis sobre las placas de madera que tapiaban las vidrieras.
«Sólo podemos rezar por lo mejor. Uno pone lo que puede en una maleta y solo queda esperanza», comentó resignado David Wallack, de 67 años y dueño de un club de salsa.
Cerca de 14.000 soldados estadounidenses fueron desplegados en Puerto Rico, las Islas Vírgenes y Florida para apoyar misiones de rescate y evacuación, informó el Pentágono.
El presidente estadounidense, Donald Trump, que advirtió de las «proporciones épicas» de Irma, sancionó el viernes una ley para elevar el tope de la deuda del gobierno y tener recursos para atender la emergencia que arrancó con Harvey -42 muertos y daños por 100.000 millones de dólares- y los efectos que pueda producir Irma.
– La furia de José y de Katia –
Irma dejó al menos 18 muertos en el Caribe: dos en Puerto Rico, cuatro en las Islas Vírgenes, uno en Barbuda, nueve en las islas francesas San Martín y San Bartolomé, y dos del lado holandés de San Martín, además de decenas de heridos, y un desaparecido en Haití, donde más de 5.000 personas estaban en albergues.
El papa Francisco, de visita en Colombia, dijo que oraba por las víctimas del huracán.
Bahamas, vecina de Cuba, escapó casi ilesa de los horrores de este feroz huracán, sin víctimas ni daños mayores de infraestructura.
En Puerto Rico, más de la mitad de los tres millones de habitantes estaba sin electricidad, Barbuda se encontraba «totalmente devastada», en San Martín no había agua potable ni gasolina y las rutas estaban intransitables.
Los esfuerzos de socorro y combate a los saqueos se complicaban además por la llegada de un nuevo huracán, José, de categoría 4 y esperado en la zona el sábado.
Un tercer huracán afecta el oeste del Golfo de México. Katia tocó tierra la noche del viernes en el estado mexicano de Veracruz, pero degradado a categoría 1, dando un respiro a la población y las autoridades tras el sismo de 8,2 en el sur del país que dejó más de 60 muertos.