El Triunfo (Ecuador) (AFP) – El bullicio era incesante, pero de una semana a otra las fincas bananeras se silenciaron. En las piscinas donde se lavan los racimos, ahora pululan las larvas. A miles de kilómetros, Ecuador, el mayor exportador de bananas del mundo, sufre por la guerra en Ucrania.
El conflicto frenó de golpe la producción en las afueras de El Triunfo, una localidad próxima a Guayaquil, donde opera el principal puerto ecuatoriano. Hay tanta fruta a punto de perderse como para llenar seis contenedores de carga, se lamenta una productora.
Destino del 21% de las ventas ecuatorianas (698 millones de dólares al año), Rusia dejó de recibir cargamentos por las dificultades en el transporte derivadas de las sanciones internacionales a Moscú tras la invasión a Ucrania.
Esta situación profundizó la crisis que el sector venía enfrentando por los bajos precios de la fruta.
Llenaba «tres contenedores a la semana, con casi 3.000 cajas de 43 libras (unos 20 kg) cada una», se lamenta Mireya Carrera, de 62 años y con 35 de experiencia cultivando la fruta en su finca «Thalía».
«Ahora tengo 7.000 racimos sin comprador», agrega a la AFP la mujer, que trabaja un predio de 28 hectáreas.
Carrera asegura que nunca había visto una crisis tan dramática en el sector.
«Todos los años tenemos problemas de precios bajos, pero ahora ha sido imposible conseguir un contrato para sacar el banano. Prefiero regalarlo» a que la fruta se pierda, agrega Carrera.
De a poco comienzan a irse los trabajadores permanentes por el atraso en la paga. «Y lo entiendo porque yo tengo miedo de perderlo todo», sostiene consternada.
«Crisis de precios» –
Según Franklin Torres, presidente de la Federación Nacional de Bananeros (Fenabe), el costo de producción está por encima de los 5,50 dólares por caja.
Y aunque la cotización interna es de 6,25 dólares por caja, «nos pagan un dólar o máximo dos dólares (por unidad). Tenemos pérdidas por más de diez millones de dólares en tres semanas», remarca.
También los comerciantes padecen la crisis. Ecuador embarcaba 1,8 millones de cajas de bananas a Rusia y 180.000 a Ucrania por semana; pero a consecuencia de la guerra los envíos se han reducido en un 21%, dejando pérdidas parciales por 24 millones de dólares y contando.
«Los otros mercados, al ver que sobra fruta en Ecuador, empiezan a ofertar precios bajos», señala el presidente de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), Richard Salazar.
El director de la Asociación de Exportadores de Banano (AEBE), José Antonio Hidalgo, indica por su parte que «en la primera semana de la guerra, las cajas de banano de esos dos mercados tuvieron que reubicarse, causando una crisis de precios».
Alrededor de un millón de cajas se quedaron sin comprador en el último mes. Y ante la sobreoferta, que podría terminar derrumbar el precio local, el gremio decidió donarlas a programas de alimentos de prefecturas provinciales.
Ecuador cuenta con más de 160.000 hectáreas de banano, que en 2021 generaron 3.485 millones de dólares en ventas a todo el mundo. El país registra más de 260 empresas exportadoras.
Desempleo –
La industria bananera genera unos 50.000 trabajos directos y 250.000 indirectos en Ecuador. La guerra ya mandó al desempleo a unos 6.000 trabajadores permanentes, según la Acorbanec.
En la hacienda «El Porvenir», en la vecina Puerto Inca, también se acumulan las dificultades.
«Esta semana colocamos un contenedor con 1.080 cajas de banano y lo que recibimos (por debajo del precio oficial) es para pagar sueldos», que debieron ser reducidos en 50% en marzo, dice su administradora Lourdes Cedeño.
Los bananeros, que hace una semana protestaron con una caravana por Guayaquil en la que repartieron cajas de fruta, reclaman auxilio del gobierno. Piden que compre la producción para sus programas de alimentos.
«Pensar en comprar la producción de banano que se pierde por el mercado ruso no es realista. Tenemos que ubicarlos en otros mercados del mundo», dijo el presidente Guillermo Lasso.
Salazar, titular de la Acorbanec, discrepa: «Colocar esa fruta en otro destino es utópico. No hay mercado en el mundo que pueda comprar tanto como Rusia», responde.