La Paz (AFP) – El mundo indígena boliviano, principalmente aymara, comenzó este jueves sus celebraciones por el mes de la «Pachamama», la Madre Tierra ancestral, con rituales religiosos andinos para pedir prosperidad económica y bonanza en la temporada agrícola.
Centenares de hombres y mujeres se congregaron desde la madrugada en la montaña denominada «La Cumbre», a unos 4.600 metros de altitud, y a 25 kilómetros al norte de la ciudad de La Paz, cabecera de ingreso a la región cocalera de Yungas, para realizar ofrendas a la deidad indígena.
Allí se erigieron altares para quemar con leña ofrendas compuestas generalmente por mezclas aromáticas de raíces, dulces y frutas para agradar a la «Pachamama» y obtener bendiciones materiales para los próximos 12 meses.
Bajo un sol radiante pese al frío invernal, y rodeados de nevados, los creyentes queman también como ofrenda fetos disecados de llamas, un auquénido de los Andes meridionales, para luego sepultarlos.
Los rituales tienen raíces ancestrales, principalmente en el mundo aymara, dominante en los Andes bolivianos, donde por tradición se debe rendir culto a la Madre Tierra, principalmente en agosto, el «mes de la Pachamama».
Sus devotos ruegan por salud, prosperidad en los negocios o para que la diosa de los nativos les provea las energías positivas de la naturaleza. Los ritos coinciden con el mes de la siembra y se ruega a la tierra por buenos frutos.
Los festejos religiosos se prolongan por todo agosto, principalmente en las «apachetas», cerros o lugares ceremoniales preincaicos, cercanos a los nevados, donde se cree que habitan con fuerza los «achachilas», dioses de los indígenas.
El mismo presidente aymara Evo Morales, junto a su vicepresidente Álvaro García y algunos de sus ministros, participaron de uno de los rituales en el cerro Pajchiri, en las afueras de La Paz.
Allí se realizaron en la madrugada similares rituales religiosos.
«Hemos pedido que siga el crecimiento económico, y que a Bolivia no le falte alimentos, producción ni medicamentos», afirmó Morales, en el poder desde 2006 y aspirante a un cuarto mandato consecutivo de cinco años en las elecciones generales de octubre próximo.