Washington (AFP) – El presidente estadounidense Donald Trump incrementó el miércoles la presión sobre el Senado, que debe lograr un consenso sobre un vasto proyecto de reforma de la ley migratoria antes del fin de semana.
Dos proyectos de ley, uno republicano y otro presentado por congresistas de ambos bandos, están a consideración, pero hasta ahora ninguno es susceptible de lograr el apoyo de 60 de los 100 senadores antes del fin de la sesión legislativa el viernes en la noche.
Trump expresó su apoyo a un proyecto presentado por el senador republicano Chuck Grassley, que ofrece un camino hacia la naturalización a casi dos millones de jóvenes inmigrantes a cambio del financiamiento para la construcción de un muro fronterizo con México y severas restricciones a la inmigración legal.
Entre esas restricciones están el fin de la reunificación familiar ampliada y la supresión del sorteo de permisos de residencia («green card»).
Pero la minoría demócrata (49 senadores) se ha negado hasta ahora a financiar el muro y a aceptar esas peticiones.
«Solicito a todos los senadores, de los dos partidos, apoyar el proyecto Grassley y oponerse a toda legislación que no mencione los cuatro pilares -ello incluye toda medida de ‘emparche’ a corto plazo», afirmó el presidente en un comunicado.
Los congresistas intentan desde hace meses acordar un proyecto de reforma que se acerque a los deseos de Trump pero que asegure un futuro para los 1,8 millones de jóvenes que fueron llevados ilegalmente a territorio estadounidense cuando todavía eran niños.
Unos 690.000 de ellos -apodados «Dreamers» (soñadores)- están protegidos desde 2012 por un estatuto temporal, el decreto «Daca» de Barack Obama. Los otros no se benefician con este programa, aunque son elegibles para él.
Pero Trump abrogó el Daca en setiembre de 2017 y dio al Congreso hasta el 5 de marzo para lograr un acuerdo definitivo sobre la suerte de sus beneficiarios.
Otro proyecto, presentado por legisladores de ambos partidos reunidos en la «coalición sentido común», debía hacerse público en la noche del miércoles.
Según el senador republicano Lindsey Graham, retomaría dos medidas emblemáticas: la naturalización de los «Dreamers» y una financiación de 25.000 millones de dólares para fortalecer la seguridad en la frontera mexicana.
Pero incluiría solamente cambios limitados al procedimiento de reunificación familiar y no modificaría el sistema de sorteos de visas, dos temas demasiado «tóxicos políticamente», según el senador Graham.
Pero aunque fuera aprobado por el Senado y luego por la cámara baja, ese proyecto en su estado actual no tiene chance de ser firmado por el presidente.
«Si al finalizar la semana no logramos un proyecto que pueda ser aprobado (…) la responsabilidad recaerá totalmente sobre el presidente y sus aliados en esta instancia», advirtió el jefe de la minoría demócrata, Chuck Schumer.