Dakar (Senegal).- Los agricultores y veterinarios del Senegal nunca habían visto nada igual. Una plaga asoló el país, provocando miasis: una invasión parasitaria de una herida por gusanos. Todos los mamíferos —incluidos los humanos— pueden ser víctimas de ellos. Así, no es de extrañar que el repentino y grave brote del gusano barrenador hiciera saltar las alarmas.
“La novedad y la violencia de los casos fueron el desencadenante” para que el país solicitara una misión de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), según Frédéric Poudevigne, Veterinario superior de la FAO, que formó parte del equipo de la misión del Centro de Gestión de Emergencias.
La mosca del gusano barrenador deposita sus huevos en heridas preexistentes de animales vivos o humanos. En el Senegal, miles de animales se vieron afectados durante la estación lluviosa —de julio a diciembre de 2023— y, aunque algunos fueron tratados con larvicidas o curas más caseras, otros resultaron tan gravemente afectados que murieron. A las repercusiones en los medios de vida de los agricultores se añadieron el tiempo dedicado a la inspección de los animales y el costo de las consultas y los productos veterinarios.
Como parte de su misión conjunta, la FAO, el Centro Conjunto FAO/Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y las autoridades senegalesas visitaron siete de los 14 departamentos del país, recopilando un total de casi 2 000 informes de casos de agricultores y veterinarios. Las autoridades de sanidad animal solo conocían previamente 16 casos. Aunque el gusano barrenador también puede afectar a los seres humanos, no se detectó ningún caso confirmado en el Senegal.
Además de ayudar al país a planificar su respuesta, una de las tareas clave de los expertos era determinar qué especie de gusano barrenador estaba detrás del brote, cuestión que tendría importantes implicaciones para la respuesta y para futuros brotes.
Un diagnóstico preliminar de dos muestras enviadas al laboratorio veterinario nacional de Dakar apuntaba al gusano barrenador del Nuevo Mundo (Cochlyomyia hominivorax) como culpable. Esto habría supuesto la primera introducción de una especie americana muy agresiva e invasiva en el África subsahariana.
A principios de la década de 1990, un programa de emergencia dirigido por la FAO y el OIEA logró frenar en Libia, en menos de tres años, un grave brote de gusano barrenador del Nuevo Mundo. La respuesta se centró en la eficaz técnica del insecto estéril (TIE). En la TIE, los insectos se crían en cautividad y se irradian en la fase de pupa con radiación gamma para esterilizarlos. A continuación, las moscas estériles se dispersan y su apareamiento con moscas silvestres fértiles no produce descendencia, lo que ayuda a reducir y finalmente erradicar esta población parasitaria.
Confirmando las pruebas de ADN que descartaban la presencia del gusano barrenador del Nuevo Mundo, la misión del Senegal, junto con un experto del OIEA, analizó las muestras disponibles y confirmó en cambio la presencia del gusano barrenador del Viejo Mundo (Chrysomya bezziana).
La especie del gusano barrenador del Viejo Mundo es endémica de gran parte del continente africano, lo que significa que su impacto ecológico es mucho menor que el de una especie invasora. Desgraciadamente, la TIE no puede aplicarse al gusano barrenador del Viejo Mundo, por lo que las autoridades deben recurrir a medidas preventivas como insecticidas y larvicidas.
La repentina aparición del gusano barrenador en el Senegal sigue siendo un misterio, ya que no ha habido noticias de su presencia en el país durante más de 60 años. Además, tan misteriosamente como apareció, la oleada de miasis por gusano barrenador disminuyó en el Senegal en enero de 2024, al final de la estación de lluvias. Pero no se puede descartar la posibilidad de que aumente el número de casos cuando empiece la próxima estación de lluvias; la humedad podría hacer que las moscas resurgieran del suelo, tras haber completado su ciclo vital y permanecido latentes en forma de pupa.
Ante estas preocupaciones y la falta de datos que expliquen la evolución de la infestación, el equipo de “Una sola salud” de la FAO llevó a cabo amplias entrevistas con agricultores, veterinarios y personal hospitalario. A partir de estas evaluaciones sobre el terreno —junto con los análisis de laboratorio y la recopilación de datos— los expertos formularon una serie de recomendaciones para mitigar el efecto de una posible reaparición.
Entre ellas se incluyen medidas a nivel nacional para intensificar la vigilancia de las importaciones de ganado procedentes de países donde el gusano barrenador es endémico; poner el mejor tratamiento a disposición de todos y crear una reserva en caso necesario; garantizar la concienciación de la población, incluidos agricultores, veterinarios y trabajadores de la sanidad pública, sobre el diagnóstico y el tratamiento del gusano barrenador de forma sistemática tanto en animales como en humanos.
Afortunadamente, los profesionales sobre el terreno, veterinarios y agricultores disponen de una red nacional de mensajería bien establecida que ofrece un gran potencial para la vigilancia y la notificación, lo que permite una alerta temprana en caso de que se produzcan nuevos brotes. La plataforma oficial senegalesa de “Una sola salud,” bajo supervisión presidencial, mantiene también en contacto a los diversos actores, coordinando mensajes que afectan a todos los sectores de la sanidad animal y la salud pública.
El Senegal es también uno de los países en los que el Centro de Emergencia para la Lucha contra las Enfermedades Transfronterizas de los Animales de la FAO lleva mucho tiempo apoyando la gestión de emergencias zoosanitarias, y podría ayudar en el manejo de muestras de animales afectados, si fuera necesario.
Como resume Poudevigne, “no es tan dramático como una enfermedad infecciosa, pero a falta de TIE, todo es cuestión de prevención y comunicación”.
La misión FAO-OIEA ha subrayado la importancia crucial de adoptar medidas tempranas y garantizar que las muestras se lleven inmediatamente a los laboratorios para su análisis. Estas medidas ayudarán a garantizar que el Senegal se encuentre en una mejor posición para hacer frente a cualquier futuro brote de gusano barrenador, y sin duda también pueden servir de lección en otros países en los que pueda surgir una amenaza similar.