Managua (AFP) – Vestidas de negro y con las fotos de sus hijos en las manos, mujeres nicaragüenses recordaron este jueves en la catedral de Managua a los jóvenes que murieron en una matanza ocurrida hace un año durante una manifestación contra el gobierno de Daniel Ortega.
A la misa de homenaje se unieron cientos de nicaragüenses que apoyaron a las madres en su dolor y, en una protesta improvisada, gritaron consignas contra el gobierno, pese al fuerte despliegue de policías antidisturbios en los alrededores de la catedral.
«Justicia, libertad», «Que se vayan (del gobierno)», exclamaron los opositores, entre ellos numerosos jóvenes que llegaron con el rostro cubierto de máscaras o camisas por temor a ser identificados y detenidos por la policía.
Al menos 16 personas murieron el 30 de mayo de 2018, Día de la Madre, cuando miles de personas salieron a manifestarse en la capital para apoyar a las mujeres que habían perdido a sus hijos en la represión de las protestas iniciadas un mes antes contra el gobierno.
«Demandamos justicia para todos los asesinados, libertad para los presos políticos y que se vayan del poder», dijo a la AFP una joven de 25 años, que se identificó como Xiomara.
Estas «madres parieron hijos extraordinarios» que dieron su vida para que «exista esperanza de una nueva Nicaragua», exaltó por su lado el sacerdote Silvio Romero durante una emotiva misa en la catedral de Managua que arrancó aplausos y lágrimas del público.
«Yo fui una de las que presenció la masacre hace un año. Vi a los muchachos caer con la cabeza desbaratada y eso no lo perdonamos», dijo a la AFP Helena Martínez, una humilde mujer de la capital que aún recuerda cómo los muchachos trataron de protegerlas de las balas cuando agentes del gobierno arremetieron contra los manifestantes.
– Sin impunidad –
«Yo jamás olvidaré a los que dieron su vida. Yo estuve allí cuando empezó el tiroteo y vi a uno de los muchachos caer con un disparo en la cabeza», expresó por su lado Milton López, de 45 años, quien sobrevivió al ataque.
Con ello se desató una prolongada crisis que ha dejado al menos 325 muertos, cientos de encarcelados y 62.000 exiliados, y un clamor por la salida del presidente Ortega.
Esa «marcha fue brutamente atacada por las fuerzas violentas de Ortega, [causando] 18 heridos y 100 heridos», reseñó Erika Guevara-Rosas, de la oenegé Amnistía Internacional, en Twitter.
Alejandra Rivera, de 53 años, es una de las madres que perdió a su hijo Yasiel en la marcha. Ese estudiante de veterinaria murió de un balazo en el abdomen.
«Ya vengo mamá, me dijo antes de irse de la casa. Jamás previmos que iba a suceder semejante masacre», dijo Rivera a la AFP, tras reclamar justicia por la muerte de su hijo.
La fecha, también fue recordada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que expresó en un tuit «reconocimiento y solidaridad a las madres de abril y a todos los familiares de las víctimas por las pérdidas de sus seres queridos, su lucha incansable y sus legítimas demandas».
«Hoy recordamos el dolor de las madres que hace un año perdieron a sus hijos. Mi respeto, mi solidaridad con todas las madres que siguen esperando justicia, libertad y democracia para sus hijos”, manifestó por su lado el embajador de Estados Unidos, Kevin Sullivan.