México (AFP) – Cientos de migrantes haitianos hacían largas filas este jueves en Ciudad de México para solicitar asilo y permanecer en el país ante la dificultad de cruzar a Estados Unidos, constató la AFP.
Los extranjeros, incluidas familias enteras, realizan el trámite en las oficinas de la Comisión de Ayuda a Refugiados (Comar), cuyas dependencias en la ciudad de Tapachula (frontera sur con Guatemala) se encuentran desbordadas por solicitudes de miles de haitianos.
Silvestre Castellin, de 36 años, llegó hace un mes a la capital mexicana en un vuelo procedente de Chile, donde residió durante seis años. Al igual que muchos de sus compatriotas haitianos busca legalizar su residencia en México.
«Las personas están acá por lo que está pasando allá (en la frontera con Estados Unidos)» ellos decidieron quedarse acá», dijo a la AFP Castellin, refiriéndose a la crisis que desató el reciente flujo masivo de haitianos en Tapachula y Ciudad Acuña (limítrofe con Texas).
Huyendo de la pobreza y el caos, buscan refugio en Estados Unidos, muchos después de recorrer una decena de países como Panamá y Colombia, en cuya frontera están varados unos 19.000 migrantes, mayoritariamente haitianos.
Pero ante la deportación por parte de Estados Unidos de cientos de haitianos que habían ingresado desde México, algunos han decidido cambiar sus planes e intentar quedarse en el país latinoamericano.
«Cuando vi lo que está pasando en la frontera, me duele, por la forma en cómo trata (la patrulla fronteriza) a los migrantes. Yo creo que todas las personas somos iguales», lamentó el joven.
Castellin, informático de profesión, emigró a Chile tras el terremoto de 2010 en Haití que dejó unos 200.000 muertos.
Pero asegura que en la nación sudamericana, donde trabajó como chofer, fue víctima de racismo y discriminación. «Nos maltratan por nuestro color», sostuvo.
Isaac Hyclair, de 35 años, también sobrevivió al viacrucis que enfrentan los haitianos procedentes de Sudamérica viajando por diez países, incluida la peligrosa selva colombiana del Darién, donde son víctimas de grupos criminales.
Buscamos «llegar a un país que respeta los derechos humanos, que respeta a la gente, y vivir, y nada más que eso. Nosotros estamos buscando donde hay estabilidad, si no hay estabilidad no puede quedarse uno a vivir», declaró Hyclair.