Santiago (AFP) – Tras una larga trayectoria en los medios de comunicación, el periodista Alejandro Guillier se convirtió en la esperanza de la izquierda chilena de retener el poder en el balotaje que disputará frente al derechista Sebastián Piñera.
Guillier quedó con un 22,66% de los votos, en el segundo lugar de la primera vuelta disputada este domingo, en la cual se impuso Piñera con un 36,64% de los sufragios, con quien se medirá en un balotaje el próximo 17 de diciembre.
Las tres décadas de carrera periodística de Guillier, en las que ejerció como reportero, jefe de prensa y presentador de los principales noticieros de televisión -que lo llevaron a convertirse en uno de los periodistas más creíbles de Chile- le allanaron el camino para convertirse -a los 64 años- en la carta con mayores posibilidades de la coalición gobernante.
«Yo voto por él, porque es periodista y sabe lo que de verdad pasa en el país», dice un vendedor de confites del barrio cívico del centro de Santiago, resaltando los atributos que lo llevaron a cambiar de rumbo al reconocido comunicador.
– No soy hiperkinético –
Con un oficialismo resquebrajado y sin nombres de recambio, el periodista dejó en el camino a figuras históricas de la izquierda chilena, como el expresidente Ricardo Lagos (2000-2006), a quien el Partido Socialista desechó en favor del Guillier, estrella emergente en los sondeos.
Frente a la energía exorbitante de su principal contendor, el expresidente Piñera, que suele confesar que duerme solo cinco horas, Guillier reivindica dormir siesta, la buena comida y las largas conversaciones en un tono más pausado. Muchos le acusan de falta de entusiasmo en una campaña que no buscó.
«La gente confunde, están acostumbrados a los hiperkinéticos», dijo en una reciente entrevista, tras aclarar que ha sido el «único candidato que ha recorrido todo Chile» en esta campaña.
Fiel al viejo adagio de que en casa del herrero, cuchillo de palo, Guillier no tuvo un buen manejo de los medios durante su campaña, en la que acusó un «cerco informativo» por la poca cobertura de sus actividades de campaña y tildó de poco profesionales a los periodistas que le seguían, en una actitud de enojo alejada de su habitual parsimonia.
Aunque tiene apoyo de los partidos tradicionales de la izquierda, Guillier ha defendido su posición de «independiente». Inició su vida política hace cuatro años al ser elegido senador por la región norteña de Antofagasta.
El precio de su independencia ha sido alto: su nominación presidencial como candidato sin partido le obligó a someterse a la titánica tarea de recolectar con recursos privados más de 30.000 firmas ante notario, haciendo un trabajo de hormiga en todo el país.
Ahora, si quiere ganarle a Piñera, deberá necesariamente llegar a un acuerdo con el Frente Amplio, que reúne a la izquierda radical y que se convirtió en la gran sorpresa de esta elección, de la mano de su candidata, la también periodista Beatriz Sánchez, quien este domingo obtuvo el 20,34% de los votos.
Casado con la antropóloga María Cristina Farga, acuñó en campaña el eslogan «el presidente de la gente», en un intento por enfatizar su cercanía con la población, que todavía lo reconoce más por su carrera televisiva que como político.
Por lo pronto, aseguró que su paso por la política será breve sea cual sea el resultado de la elección presidencial. De no ganar, seguirá los próximos cuatro años como senador, mientras que de resultar victorioso abandonará también la política al término de los cuatro años de un eventual mandato.