Caracas (AFP) – Miles de opositores venezolanos, encabezados por el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, urgieron este miércoles a los militares a permitir ayuda humanitaria y a desconocer al mandatario Nicolás Maduro, quien a su vez los llamó a mantenerse unidos y leales.
«No disparen en contra de un pueblo que exige también por su familia. Es una orden (…) ¡Basta!», dijo Guaidó, en una manifestación frente al hospital universitario de Caracas.
Entre un tumulto de periodistas y seguidores, Guaidó, con una bata médica que le regaló el personal del hospital, caminó con pacientes y enfermeros. «Nos hemos reencontrado en una mayoría poderosa que puede cambiar al país», declaró.
«Llegó Guaidó y la esperanza ya volvió», cantaban sus seguidores. «Fuerza Armada, recupera tu dignidad» y «Maduro usurpador», rezaban pancartas de manifestantes que se reunieron por más de dos horas en varias ciudades del país, sonando cornetas, pitos y cacerolas.
Guaidó, jefe del Parlamento de mayoría opositora, dijo que recibió, en una llamada telefónica, «pleno respaldo» del presidente estadounidense, Donald Trump, cuyo gobierno no descarta una acción armada en Venezuela y llamó a los militares a apoyar la transición.
A primera hora, Maduro comandó ejercicios en Fuerte Tiuna, el mayor complejo militar en Caracas, donde denunció que «mercenarios desertores» buscan desde Colombia fracturar a la Fuerza Armada.
«¡Unidad monolítica! ¡Moral máxima! Llamo a la Fuerza Armada (…) a una gran renovación, a una gran revolución», arengó el presidente a unos 2.500 soldados.
Guaidó, de 35 años, insiste en ofrecer amnistía a quienes desconozcan a Maduro, buscando romper su principal sostén: la Fuerza Armada.
– «Estamos muriendo» –
Con una bandera venezolana, en una plaza de Chacao (este), Jaime Regalado pidió a los militares «que dejen entrar la ayuda humanitaria».
«Estamos trabajando para que llegue lo más pronto posible la ayuda humanitaria, se va a formar una coalición internacional para atender la emergencia», anunció Guaidó.
Pero Maduro considera la ayuda humanitaria la puerta a una intervención militar de Washington y atribuye la escasez de productos básicos a sanciones de Estados Unidos. «Está disociado (…), no reconoce la emergencia», aseguró el opositor.
Washington dijo tener listos 20 millones de dólares para entregar en alimentos y medicinas, cuyo severo desabastecimiento agobia a los venezolanos y disparó la migración, cifrada en 2,3 millones de personas desde 2015 según la ONU.
«Tengo una bacteria y no encuentro los medicamentos (…). Estamos muriendo», dijo a la AFP Javier, de 22 años, con tapabocas, cerca de un hospital caraqueño.
En las afueras del palacio presidencial de Miraflores, donde se concentran seguidores de Maduro, Miriam Moyeda, de 62 años, dijo no querer «una carnicería, sino la paz». «¡Los gringos, fuera de Venezuela!», dijo Julia Yépez, de 56.
El temor a la violencia resurge con cada manifestación. Disturbios que estallaron el 21 de enero dejaron unos 40 muertos y más de 850 detenidos, según la ONU.
Dos oleadas de protestas en 2014 y 2017 se saldaron con unos 200 muertos.
Dos periodistas franceses están detenidos desde el martes y dos chilenos serán deportados este miércoles tras 14 horas retenidos. «No podrán evitar que el mundo sepa lo que ocurre en Venezuela», dijo Guaidó.
– «No me quita el sueño» –
En una entrevista con la agencia de noticias rusa RIA Novosti, Maduro agradeció el apoyo al presidente Vladimir Putin y señaló que «cada mes» Venezuela recibe armamento ruso, «el más moderno del mundo».
Estados Unidos aprobó sanciones contra la estatal petrolera PDVSA -fuente del 96% de ingresos del país- y congeló cuentas y activos venezolanos, cuyo control entregó a Guaidó. Entre tensiones, los precios del petróleo subían.
Maduro contraatacó el martes con el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, que prohibió a Guaidó salir del país y bloqueó sus cuentas. «No me quita el sueño», respondió el jefe parlamentario.
John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump, reiteró que cualquier daño a Guaidó acarreará «serias consecuencias».
Colombia anunció que prohibió la entrada a 200 «colaboradores» de Maduro; mientras Uruguay y México convocaron a una conferencia de países y organismos con «posición neutral» sobre la crisis venezolana para el 7 de febrero en Montevideo.
– Marcha y contramarcha –
La ofensiva de Guaidó seguirá con una «gran marcha» el sábado, cuando se cumplen 20 años de la «revolución bolivariana», fundada por el fallecido Hugo Chávez (1999-2013).
El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, convocó este martes una marcha oficialista en «defensa de la patria».
Guaidó llamó a la movilización sabatina en respaldo al plazo que dieron a Maduro varios países europeos para que acepte «elecciones libres», hasta el domingo, so pena de reconocer al opositor como presidente encargado. Francia lamentó este miércoles que el mandatario socialista aún no responda.
Maduro rechazó convocar elecciones presidenciales, pero asomó un adelanto de las parlamentarias -pautadas para 2020- como «una buena solución» de la crisis.
Guaidó se autojuramentó luego de que el Congreso declarara a Maduro «usurpador» por asumir el 10 de enero un segundo mandato que considera ilegítimo, al igual que gran parte de la comunidad internacional, por ser resultado de comicios «fraudulentos».
Y, aunque sus decisiones son consideradas nulas por el TSJ, que lo declaró en desacato, el Congreso nombró embajadores en una decena de países que reconocieron a Guaidó.
Llamando a negociar, Maduro se dijo dispuesto a reunirse con Guaidó y hasta con Trump. Consultado al respecto, el opositor señaló que hará lo que sea para que «cese la usurpación».