Caracas (AFP) – Con una amplia sonrisa y traje siempre impecable, Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por más de 50 países, se mantiene en abierto desafío al mandatario socialista Nicolás Maduro, al que tilda de «usurpador» y cuya salida del poder presiona con manifestaciones y apoyo internacional.
Ingeniero industrial de 35 años, con una figura espigada, Guaidó regresó este lunes a Venezuela, donde lo esperó y acompañó un grupo de embajadores europeos y latinoamericanos, así como miles de sus seguidores volcados en concentraciones en todo el país.
Había partido el 22 de febrero, burlando una prohibición de salida del país, para coordinar desde Colombia la entrega de toneladas de alimentos e insumos médicos para atender la crisis de Venezuela.
Y aunque el ingreso de la ayuda internacional fue imposible por el bloqueo de las fronteras que ordenó Maduro, Guaidó vuelve arropado por el respaldo de los presidentes de Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina y Ecuador, que lo recibieron con honores en una gira esta última semana.
En esa gira, intercambió con venezolanos migrantes y refugiados que le expresaron su deseo de retornar a Venezuela. Con muchos se abrazó y se tomó selfies. «Ustedes van a volver», les prometió.
Debido a la crisis de Venezuela, que sufre de hiperinflación y escasez de medicinas y alimentos, unos 2,7 millones de venezolanos (sobre una población de 30 millones) han salido del país desde 2015, según cifras de la ONU.
– Sobreviviente –
Junto a su madre divorciada y sus cuatro hermanos, Guaidó sobrevivió en 1999 a una de las mayores catástrofes naturales que ha sufrido Venezuela, un gigantesco deslave sobre la zona costera de Vargas, de donde es oriundo, que sepultó casas y edificios y causó miles de muertos.
«Soy un sobreviviente, no una víctima», dice al recordar ese desastre ocurrido cuando se aprobaba en referéndum la nueva Constitución venezolana en los comienzos de la presidencia de Hugo Chávez, fallecido en 2013.
Católico, Guaidó ha convocado a sus seguidores a misa y su esposa, Fabiana Rosales, que siempre le acompaña, a rezar el rosario. Le gusta comentar anécdotas y mostrar fotos de su pequeña hija Miranda, de casi dos años de edad, a quien a veces lleva en brazos durante actos públicos.
– Milenial –
Con 3,6 millones de seguidores en Instagram y 1,6 millones en Twitter, Guaidó, que se presenta como «servidor público», usa profusamente las redes sociales para comunicar.
El mensaje en el que anunció su regreso a Venezuela fue transmitido en Facebook e Instagram la noche del domingo, y no por radio o televisión.
«Es un milenial. Se apropió de las redes sociales y tiene la capacidad de ser genuino y empático, de improvisar, de mostrarse tal como es, en un contexto en que está vetado en los medios tradicionales», dijo a AFP Andrés Cañizález, experto en comunicación política.
Hasta su perro tiene cuentas en Instagram y Twitter (@guaidogofficial), con más de 1.000 seguidores. «Soy El Gran Perro Libertario! Guauf!», dice en su presentación.
Maduro se refiere a él como un «muchacho jugando a la política», y aunque conserva el poder militar e institucional y es igualmente activo en redes sociales, se ha visto descolocado por Guaidó, según los expertos.
«Se le ha impuesto, le cambió la agenda, le quitó la iniciativa política y lo puso a la defensiva», comentó a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Criticado por el oficialismo como un líder fabricado y teledirigido por Washington, el opositor ha opacado incluso a Leopoldo López, su jefe político, en prisión domiciliaria.
– Joven y desconocido –
Fue el más joven diputado en asumir la jefatura del parlamento, de mayoría opositora, el 5 de enero pasado. Hasta ese momento, era prácticamente un desconocido.
«Juega a su favor que sea joven, que provenga de sectores populares, que no sea un aristócrata», señaló Cañizález.
Y aunque no era el hombre de los grandes discursos, le tocó ponerse a la cabeza de una oposición dividida, con sus principales dirigentes encarcelados, exiliados o inhabilitados.
Bajo su dirección, el Congreso aprobó una «amnistía» a militares que desconozcan a Maduro, a quien llama «dictador» y cuya reelección considera un fraude, así como una «ley de transición». Sin embargo, todas las decisiones del Legislativo son consideradas nulas por la Justicia, de línea oficialista.
«Una de sus principales virtudes es que entiende las distintas posturas y hace lo que está a su alcance para que sean una sola», comentó a AFP Juan Andrés Mejía, diputado de 32 años formado con Guaidó en el partido Voluntad Popular (VP), de Leopoldo López.
José Rafael Briceño, experto en oratoria que ha trabajado con las Miss Venezuela, opina que tras la imagen de Guaidó hay una estrategia que combina un mensaje directo y claro, su figura de hombre de familia normal y haber «sido un desconocido».
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