Caracas (AFP) – El opositor Juan Guaidó convocó este viernes a una movilización masiva en Venezuela el 1 de mayo para exigir el «cese definitivo de la usurpación» del presidente Nicolás Maduro, con quien mantiene una pugna por el poder.
«Convocamos a todo el pueblo el próximo primero de mayo a la marcha más grande que va a haber en la historia del país, a exigir el cese definitivo de la usurpación», declaró Guaidó, reconocido como mandatario interino por más de 50 países, ante miles de personas congregadas en Caracas.
Pero el jefe del Parlamento, de mayoría opositora, evitó revelar si el destino final de esa movilización sería el palacio presidencial de Miraflores, como algunos simpatizantes pedían a gritos.
Al lanzar hace unos meses la «operación libertad», su hoja de ruta para lograr la salida de Maduro, Guaidó dijo que culminaría en una gran movilización hacia Miraflores. Pero luego no lo volvió a mencionar.
Desde que se autoproclamó presidente encargado el 23 de enero, ha llamado a aumentar la presión contra el gobierno en las calles, con concentraciones vecinales y grandes marchas en todo el país, sumido en la más grave crisis económica de su historia reciente.
Guaidó se juramentó después de que el Legislativo declarara a Maduro «usurpador», alegando que su segundo mandato -iniciado en enero- es producto de elecciones fraudulentas.
«Hoy está empezando la transición en Venezuela» hacia un nuevo gobierno, dijo Guaidó, quien aspira organizar elecciones.
«Quien hoy usurpa funciones no va a ceder el poder. Solamente va a ser la presión ciudadana la que nos va a llevar a avanzar con este proceso, solamente va a ser la fuerza en la calle», afirmó el dirigente de 35 años.
Loris Oliveros, abogada y activista, co
incide. «Debemos mantenernos en la calle. Veamos el ejemplo de Sudán, que estando cinco días en la calle logró que el tirano de allá se fuera», dijo a la AFP durante el acto.
– «Repotenciándose –
Para el politólogo Carlos Romero, «con la convocatoria del respaldo de las masas (Guaidó) está definiendo una línea política» para distinguirse de las voces crecientes que piden una intervención militar extranjera.
La población venezolana sufre los efectos de una hiperinflación, proyectada en 10.000.000% para 2019, y la falta de insumos básicos y medicamentos. A ello se suman desde marzo apagones masivos, que complican el suministro de agua y las telecomunicaciones.
La oposición responsabiliza del colapso a la ineficacia y corrupción del chavismo, mientras el gobierno culpa a las sanciones estadounidenses.
Maduro, que enarbola la «revolución bolivariana» instaurada por el fallecido mandatario Hugo Chávez (1999-2013), acusa al líder opositor de ser la cara visible de un plan de intervención militar de Estados Unidos, frente al cual presume de contar con el apoyo absoluto de la Fuerza Armada.
Guaidó ha intentado quebrar ese apoyo con una ley de amnistía y ofreciendo garantías a los desertores. Este viernes reiteró su pedido a los militares.
«No pretendemos que esta marcha sea un choque contra escudos de militares, que también quieren cambiar [de gobierno], que también necesitan luz y agua (…) Lo contrario, que se sumen, que se incorporen a este proceso, que nos acompañen a llegar al destino que todos queremos: acabar esta tragedia», dijo.
Washington celebró el llamado a protestar. «Gracias al audaz enfoque del presidente interino Juan Guaidó, la comunidad internacional y el pueblo de Venezuela ahora ven un camino posible hacia la esperanza y la prosperidad para superar la corrupción y la dictadura fallida de Maduro», tuiteó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton.
– Comités de ayuda vs. milicias –
Como otros activistas presentes en el acto del viernes, Oliveros forma parte de un Comité de Ayuda y Libertad (CAL), formaciones promovidas por Guaidó para que sean el motor de «la gran marcha».
El líder opositor pidió estar «unidos y movilizados», aseguró que hay más de 3.000 de estos comités en todo el país y anunció que, como antesala a la protesta, el 27 de abril se hará una juramentación masiva.
Bajo riesgo de detención luego de que la oficialista Asamblea Constituyente lo despojara del fuero parlamentario y autorizara su enjuiciamiento por «usurpar» el cargo presidencial, Guaidó concluyó pocos días atrás una gira por el occidente venezolano, la región más golpeada por la falta de energía y agua.
Durante su periplo, denunció obstáculos para movilizarse y ataques de grupos «paramilitares armados» y aseguró que pudo llevar a cabo las concentraciones gracias a la protección de la población.
«Sabemos cuál va a ser la respuesta del gobierno», dijo este viernes. «Paramilitares armados, eso es lo que le queda al régimen».
El gobierno afirma que cuenta con el apoyo de 2,2 millones de milicianos, voluntarios civiles que reciben entrenamiento militar y que, según Maduro, están armados con fusiles «para defender con su vida la revolución».