Lima (AFP) – Los cancilleres de los doce países americanos que integran el Grupo de Lima pidieron a la ONU involucrarse en la situación que atraviesa Venezuela, donde, según aseguraron, se registran continuas violaciones a los derechos humanos.
En una declaración conjunta firmada en Toronto, los representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú «solicitan al Secretario General y al sistema de las Naciones Unidas que contribuyan a atender dicha crisis y las continuas violaciones de los derechos humanos», tras evaluar la situación en Venezuela.
La canciller canadiense Chrystia Freeland, y su par peruano, Ricardo Luna, serán los encargados de reunirse con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, el lunes 30 de octubre, para expresar la preocupación del colectivo regional sobre la crisis humanitaria y política que afecta a Venezuela.
«Tenemos el consenso para afirmar claramente que la región se opone a un régimen autoritario», aseguró el canciller Luna.
Creado ante la imposibilidad de alcanzar una decisión consensuada en la Organización de Estados Americanos, el Grupo de Lima ahora espera llevar la situación venezolana al foro mundial de la ONU.
Los doce países reiteraron su rechazo a la forma como se desarrollaron las elecciones regionales venezolanas del 15 de octubre, donde hubo «actos de intimidación, manipulación, coacción social y condicionamiento del voto, entre otras irregularidades».
En las elecciones regionales el partido del presidente Nicolás Maduro, se llevó 18 de las 23 gobernaciones en juego.
Venezuela vive desde hace meses una profunda crisis política, atizada por una caótica situación económica, con escasez de alimentos y medicinas, y elevada inflación. La popularidad del presidente Nicolás Maduro ha caído a niveles críticos y miles de venezolanos han emigrado.
Su economía, altamente dependiente del petróleo, ha colapsado junto con la caída de los precios del crudo.
-Acuerdo negociado-
Para el Grupo de Lima, «un acuerdo negociado entre ambas partes (gobierno y oposición), con acompañamiento internacional y cumpliendo las condiciones previas solicitadas por la oposición, es la única salida pacífica para la crisis actual».
En relación a las divisiones en el bloque opositor tras las elecciones, evidenciada en la renuncia a dicho colectivo del líder Henrique Capriles, el Grupo de Lima «exhorta a las diferentes fuerzas de oposición a mantener su unidad, ofreciendo un frente común programático como condición indispensable para lograr la solución de la crisis venezolana».
El Grupo de Lima instó a las autoridades venezolanas a renovar el Consejo Nacional Electoral y a publicar un cronograma de elecciones, «que deben ser supervisadas por observadores electorales independientes».
«Chile no apoyará un diálogo que sea solamente un simulacro, una escenificación», dijo por su parte el canciller chileno, Heraldo Muñoz.
-Crisis humanitaria-
El bloque regional aseguró que la crisis humanitaria se agudizó en Venezuela, y deploró que no se permita el acceso a la ayuda internacional para atender las necesidades básicas de la población, en particular en materia de salud y alimentación.
«La desnutrición infantil se ubica en un 11.4%, equivalente a un estado de crisis según estándares mundiales (…) En materia de salud, 85% de las personas que requieren medicamentos no logran conseguirlos y enfermedades que hasta el 2014 se creían erradicadas, como la malaria, se han incrementado en 76%», señaló la declaración.
El Grupo de Lima volverá a reunirse en Chile, en enero del 2018, para evaluar el desarrollo de la situación venezolana.
La reunión en Toronto ha sido la tercera del grupo desde que se formó en agosto pasado en Lima, donde se condenó lo que consideraron la ruptura del orden democrático en Venezuela.