Quito (AFP) – El Grupo de Contacto Internacional (GCI) sobre Venezuela comenzó a discutir este jueves sus avances para lograr a corto plazo el ingreso de ayuda humanitaria y elecciones presidenciales en ese país en una reunión de cancilleres en Quito.
El encuentro se celebra en medio de tensiones por el reciente arribo a Venezuela de dos aviones de Rusia con personal y equipos militares, y con la crisis social en un nivel máximo a causa de un nuevo apagón masivo en ese país.
El anfitrión, el canciller ecuatoriano, José Valencia, abogó porque el esfuerzo multilateral «se materialice a favor de situaciones que necesariamente requieren de ese apoyo externo para facilitar una solución», al inaugurar la cita en el Palacio de Najas en Quito.
Entre los presentes están la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y los ministros de Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva, Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, Chile, Roberto Ampuero, y Costa Rica, Manuel Ventura Robles, entre otros. Se espera además la llegada del ministro de Exteriores de España, Josep Borrell.
Durante la apertura del encuentro, Mogherini aseguró que el grupo continuará trabajando «para encontrar una solución pacífica, democrática y venezolana a la crisis del país a través de elecciones libres y creíbles».
La jefa de la diplomacia europea expresó su «firme rechazo al uso de la fuerza para abordar la crisis actual» en Venezuela e hizo un llamado «a la plena restauración del orden constitucional democrático y del estado de derecho».
El miércoles se desarrollaron reuniones técnicas del GCI en Quito para conocer informes de misiones que visitaron Venezuela para «mantener contacto con las diversas partes en conflicto», indicó la cancillería en un comunicado.
Más de medio centenar de naciones del mundo, entre ellas Estados Unidos, considera ilegítimo al presidente Nicolás Maduro y reconoce a Juan Guaidó, quien como jefe parlamentario invocó el 23 de enero la Constitución para declararse mandatario encargado con el objetivo de organizar nuevos comicios.
Rusia, que acusa a Estados Unidos de intentar organizar un golpe de Estado en Venezuela, y China son aliados de Maduro.
– Sin resultados –
El GCI se lanzó el 7 de febrero en Montevideo, fijándose un plazo de 90 días para promover comicios presidenciales como una salida pacífica a la crisis política en Venezuela.
Impulsado por la Unión Europea (UE), incluye a ocho países europeos (Alemania, España, Francia, Holanda, Italia, Portugal, Reino Unido y Suecia) y cuatro latinoamericanos (Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay).
El GCI planea «facilitar que haya en algún punto ese encuentro entre venezolanos que lleve a Venezuela a una democracia plena, con estándares globales, y a la región a encontrar también una relación mucho más fluida con Venezuela para que este país siga adelante y la región se beneficie de ello», había anticipado a la prensa el canciller ecuatoriano.
Poco antes de las deliberaciones a puerta cerrada en el Palacio de Najas, sede de la cancillería, la Eurocámara resolvió el jueves que se evite el uso del GCI «por el régimen ilegal de Maduro como estrategia para retrasar la resolución de la crisis con el fin de permanecer en el poder».
También subrayó «la falta de resultados tangibles hasta la fecha» y pidió al GCI que colabore con el Grupo de Lima «como actor regional líder» en busca de una solución en Venezuela, que sufre una profunda crisis política, económica y humanitaria.
El chileno Ampuero asiste al encuentro de Quito para ser un «puente», dijo, entre el Grupo de Lima, que su país integra junto a otros países regionales, y el GCI.
El miércoles, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, confirmó contactos con México y Noruega para analizar el futuro de Maduro, cada vez más asediado por la comunidad internacional.
Noruega y México se han ofrecido a negociar el fin de la crisis venezolana.