Bruselas (AFP) – La oenegé Greenpeace desplegó el viernes una pancarta gigante sobre la sede de la Comisión Europea en Bruselas, para denunciar la deforestación de la floresta amazónica, especialmente en Brasil, con un mensaje categórico: «la Amazonía arde, Europa es culpable».
Desplegada al alba en la fachada de la sede del ejecutivo europeo, la pancarta muestra una imagen de la vegetación en llamas.
En un momento, dos escaladores que descendieron con cuerdas desde lo alto del edificio usaron dispositivos de humo real a los costados de la enorme pancarta, según constató un reportero de AFP.
«Los incendios en la Amazonía están lejos, pero Europa está arrojando petróleo a las llamas: al comprar soja y otros productos de las áreas deforestadas, Europa es cómplice de la destrucción», dijo Sini Erajaa, activista a cargo de la campaña agrícola y forestal de Greenpeace.
«Los europeos deben poder comprar sabiendo que ningún artículo en su supermercado ha contribuido a incendios forestales o violaciones de derechos humanos. Necesitamos una ley europea fuerte», insistió en un comunicado.
De acuerdo con Greenpeace, a través de sus importaciones de carne vacuna, soja, aceite de palma, café o cacao, la UE es «responsable por más del 10% de la deforestación en el mundo».
«Las empresas se habían comprometido voluntariamente hace una década para acabar con la deforestación en su cadena de suministro. Pero no funcionó», explicó a AFP Sébastien Snoeck, activista de Greenpeace presente ante la Comisión.
Esos productos «siguen siendo importados a Europa con muy pocos controles», aseguró Snoeck.
Según él, «no podemos contar» con el gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro para proteger la mayor floresta tropical del mundo, donde los incendios aumentaron un 28% en julio de 2020, en comparación con julio de 2019.
El vasto acuerdo comercial aún no ratificado entre la UE y el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) es motivo de preocupación por esta misma razón.
Cada vez más estados miembro ha manifestado su fuerte reticencia a validar este acuerdo, ante la amenaza ecológica en Brasil.
Pero si bien la Comisión Europea acaba de lanzar una consulta pública para afinar su estrategia contra la deforestación, «es bueno recordarle que los compromisos voluntarios no funcionaron y que se deben tomar acciones muy concretas», argumentó Snoeck.