Brasilia (AFP) – El gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro teme que sus políticas contrarias a la demarcación de tierras indígenas y a las ONG que combaten el cambio climático sean cuestionadas durante el sínodo sobre la Amazonía, en octubre próximo en el Vaticano, dijo un importante ministro citado este domingo por un diario local.
De acuerdo con el diario O Estado de S. Paulo, la preocupación está relacionada con el impulso de una «agenda de izquierda» por parte del «clero progresista» vinculado a movimientos sociales, en un Iglesia católica que desde la llegada del papa Francisco dio cabida a demandas ambientalistas.
El general Augusto Heleno, ministro de Gabinete de Seguridad Institucional, considera que esa influencia es particularmente preocupante en zonas de frontera. «Pensamos que eso es una interferencia en un asunto interno de Brasil», declaró a Estado.
Según el informe, el gobierno buscará contrarrestar esa influencia movilizando a gobernadores, alcaldes y autoridades eclesiásticas. «Estamos preocupados y queremos neutralizar eso», dijo Heleno, cuya cartera está a cargo de las labores de inteligencia.
«Hace mucho que existe influencia de la Iglesia y las ONG en la selva», advirtió.
Informes de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) y de los comandos militares, según el diario, habrían alertado al gobierno de reuniones entre el papa y cardenales brasileños para discutir sobre la realización del sínodo denominado «Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral».
Apenas se instaló en el poder, el 1 de enero, el ultraderechista Bolsonaro traspasó de la Fundación Nacional del Indio (Funai) al Ministerio de Agricultura la demarcación de las tierras indígenas y el servicio de vigilancia forestal, encendiendo las críticas de organizaciones indigenistas y de defensa del medio ambiente.
El mandatario, que también promovió el control de las ONG, respalda el desarrollo del agronegocio en tierras indígenas -restringido por ley- y rechaza adjudicar más territorios a estas comunidades ancestrales, desde antaño blanco de la deforestación causada por la tala y minería ilegales y por la expansión de la frontera agropecuaria.
Heleno está convencido de que finalmente logrará desactivar las eventuales críticas del sínodo.
«No traerá problemas. El trabajo del gobierno de neutralizar impactos del encuentro va a fortalecer la soberanía brasileña e impedir que intereses extraños acaben prevaleciendo en la Amazonía», agregó.
En un boletín de prensa de mediados de 2018, el Vaticano destacó la importancia de «escuchar a los pueblos indígenas y a todas las comunidades que viven en la Amazonía, como los primeros interlocutores» del sínodo, que se celebrará del 6 al 29 de octubre.