La Habana (AFP) – Altos funcionarios del gobierno cubano aseguraron que el polémico decreto 349, que regula la comercialización y difusión de los productos culturales, no censura la creación artística.
«Este decreto lo que busca es ayudar a la auténtica creación, proteger a los creadores, proteger su trabajo», dijo el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, a la televisión estatal.
La norma, una de las primeras aprobadas por el presidente Miguel-Díaz Canel tras sustituir a Raúl Castro en abril pasado, establece una serie de penalizaciones para los que desarrollen su trabajo sin autorización de las instituciones culturales, controladas por el Ministerio de Cultura.
También prohíbe la difusión de pornografía, violencia, lenguaje sexista, vulgar y obsceno, así como cualquier tipo de discriminación «lesiva a la dignidad humana», o que «atente contra el desarrollo de la niñez y la adolescencia» entre otros.
Su publicación en la Gaceta Oficial hace 150 días provocó fuertes reacciones en la redes sociales de algunos artistas, que lo consideran un «decreto mordaza» contra la libre creación.
Esta reacción llevó a pequeñas protestas públicas, como las lideradas por la artista plástica Tania Bruguera, que fue detenida brevemente tres veces esta semana.
Alonso y su viceministro Fernando Rojas, acudieron este viernes, día de entrada en vigor del decreto, a la televisión a aclarar su contenido y defender su aplicación contra el «intrusismo profesional», es decir personas que sin formación y capacidad artística probada, incursionan en espacios artísticos.
Explicaron que la política cultural tiene como base las instituciones (asociaciones artísticas y culturales afiliadas al Ministerio de Cultura), las que buscan promover todas las manifestaciones artísticas, incluso financiando aquellas que no resultan rentables en términos de mercado.
«Los enemigos de la revolución han querido presentar al decreto como un instrumento para la censura, ignorando lo que significa la política cultural y lo que han significado las instituciones», señaló Alonso.
Añadió que «resulta absolutamente insustituible el papel de las instituciones culturales para ese propósito y en ese sentido el decreto viene a apoyar el trabajo de las instituciones».
Aseguró que «el decreto lo vamos a aplicar de manera progresiva en la medida que vayamos alcanzando ese consenso que vamos a ir a buscar en las bases con nuestros creadores».
Ambos funcionarios señalaron que aún se trabaja en las disposiciones complementarias al decreto.
Otro temor expresado por artistas es que el decreto prohibía la presentación de artistas en espacios privados de reciente creación en Cuba dentro de las reformas económicas en curso, como restaurantes, galerías y bares.
«En relación con esos otros espacios que aún no tienen un amparo legal, seguimos nosotros estudiando alternativas de política para nosotros relacionarnos desde las instituciones, en el marco de la política cultural, con estos espacios que se gestionan desde el ámbito no estatal», dijo.
Pero subrayó que «nosotros no vamos a renunciar al trabajo de las instituciones, las instituciones no las vamos a privatizar, el papel de las instituciones es central dentro del programa cultural de la revolución».
Rojas, por su parte, aseguró que el decreto «no se refiere a la creación artística», y que los creadores no están obligados a «estar en una institución» ni «tienen que pedir permiso para exhibir su obra».