Sao Paulo (AFP) – General Motors cesó sus operaciones venezolanas y despidió a 2.678 personas después de que el país latinoamericano, afectado por la crisis, nacionalizara la planta e incautara los autos, de acuerdo con información de la compañía.
Las autoridades venezolanas “se apoderaron de la fábrica en forma inesperada el miércoles, evitando el funcionamiento normal”, dijo el jueves en un correo electrónico la portavoz de GM en Brasil, Julia Bastos del GM.
“Además de esto, otras actividades de la compañía, tales como coches, fueron removidos en forma ilegal”, dijo.
La planta ensambladora de autos de Estados Unidos tiene capacidad para ensamblar 100 mil coches al año, pero ya casi estaba paralizada debido al derrumbamiento de la economía de Venezuela dependiente del petróleo y la falta de acceso a los dólares estadounidenses
El GM ha estado en Venezuela por 69 años. Además de su personal directamente empleado, había 79 concesionarios en el país, con unos 3.900 trabajadores.
Se le pagará una compensación a los trabajadores despedidos “muy pronto”, dijo Bastos.
GM dijo que la incautación fue hecha con un orden judicial y que hasta el jueves, el gobierno no había respondido a la decisión del cese de operaciones por parte de la GM.
GM “rechaza fuertemente las medidas arbitrarias tomadas por las autoridades y tratará fuertemente todas las demandas legales, dentro y fuera de Venezuela, para defender sus derechos”, dijo el miércoles la compañía en una declaración.
Los manifestantes venezolanos de la oposición, que buscan la dimisión del presidente izquierdista Nicolás Maduro, prometieron para el jueves un segundo día de protestas enormes en la capital, Caracas. Se cree que al menos ocho personas han muerto en enfrentamientos este mes.
La comunidad internacional ha condenado extensamente a Maduro por intentar aferrarse al poder y excluir a la oposición.