Santiago (AFP) – La contundente derrota en las urnas del proyecto de nueva Constitución en Chile llevó al presidente Gabriel Boric a anunciar «prontos ajustes» en su gobierno y llamó a tender puentes con la oposición en el Congreso desde este lunes, cuando el país despierta del shock electoral.
«Más allá de las legítimas diferencias, sé que prevalece la voluntad de diálogo y encuentro», dijo Boric en un mensaje al país tras cerrarse el escrutinio de los votos, que dio un triunfo del 61,8% al rechazo de la nueva Constitución, frente al 38% a favor.
Boric, de 36 años y que asumió la presidencia en marzo apostando al triunfo del «Apruebo» por un cambio constitucional, adelantó que para «hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno para enfrentar este nuevo período con renovados bríos».
En ese eventual cambio de gabinete suena el nombre de Izkia Siches, ministra del Interior.
Más de 13 millones de electores de un total de 15,1 millones participaron en la consulta que significó un duro revés para el gobierno y un nuevo impulso para la alicaída derecha chilena, cuyo liderazgo político reapareció tan pronto se anunciaron los resultados.
Como había adelantado semanas atrás, Boric se comprometió de inmediato a impulsar un nuevo proceso constituyente que quedará en manos del Congreso.
«El pueblo chileno no quedó satisfecho con la propuesta de Constitución que la Convención le presentó a Chile y, por ende, ha decidido rechazarla de manera clara en las urnas», sostuvo Boric, quien llamó a todas las fuerzas políticas a un diálogo, dejando atrás «maximalismos, violencia e intolerancia».
Sin embargo, aunque ratificaron su voluntad a continuar el proceso constituyente, en la coalición de derecha «Chile Vamos» sus dirigentes declinaron asistir a la primera reunión citada por el presidente, considerando que el resultado fue una «derrota del gobierno», y que ellos van a condicionar cualquier negociación.
«Que no quede duda que este triunfo del ‘Rechazo’ es un fracaso del presidente Gabriel Boric y de todo su gobierno. Presidente Gabriel Boric, esta derrota también es su derrota», espetó el excandidato presidencial de ultraderecha José Antonio Kast.
Un proceso que irritó –
El batacazo electoral chileno, anticipado por encuestas pero nunca por tan amplio margen, significa además una rareza en la historia de los procesos constituyentes realizados por representantes de elección popular, que suelen ser aprobados.
El voto contra la nueva Constitución se impuso en todo Chile, incluso en las cárceles, y solo entre los 100.000 chilenos inscritos en el exterior venció el «Apruebo».
De 346 distritos electorales, apenas en ocho se impuso el «Apruebo», que sufrió derrotas difíciles de asimilar en las zonas más pobres del país, entre ellas en la Araucanía donde la población en mayoritariamente indígena, y lugares afectados por problemas del agua o la contaminación de industrias, todos temas que se habían considerado entre normas y derechos en el proyecto constitucional.
«Pesó mucho en los ciudadanos el proceso constituyente. Más que el resultado, el texto en sí mismo, lo que la gente venía evaluando mal desde varias semanas era la manera en que se había desarrollado este proceso», explicó a la AFP Marco Moreno, politólogo de la Universidad Central de Chile.
Según el académico, «los excesos, las posiciones en lógicas identitarias que trataban de imponérsela al resto de la sociedad y la propia conducta de muchos convencionales, terminaron de generar una visión negativa en las personas de que si el proceso había sido malo, en realidad el texto no podía ser algo distinto», apuntó.
La realización del referéndum sobre una nueva Carta Magna, tras la gran revuelta social de 2019 en reclamo de mayor justicia social, había contado con el apoyo de casi 80% de los electores que votaron en un plebiscito en octubre de 2020 que lanzó el proceso constituyente.
El proyecto consagraba una «plurinacionalidad» indígena y establecía un nuevo catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones, con un marcado énfasis medioambiental y de protección de nuevos derechos, aunque mantenía la economía de mercado.
«El presidente ha llamado a una reunión inicial y habrá que ver quiénes llegan a esa reunión y en qué actitud llegan (…) Estamos ante un escenario incierto donde la derecha queda mejor posicionada», dijo a la AFP Cecilia Osorio, académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile.