Buenos Aires (AFP) – Franco Macri, padre del presidente Mauricio Macri, llegó a Argentina desde Roma sin hablar español y con los bolsillos vacíos, pero se convirtió con los años, hasta su muerte el sábado, en uno de los empresarios más importantes del país sudamericano.
Macri, que nació en la capital italiana el 15 de abril de 1930 y llegó a Argentina cuando tenía 18 años, murió la noche del sábado alrededor de las 21H00 horas locales (01H00 GMT).
Según medios argentinos, sus restos fueron trasladados a un cementerio privado en la localidad de Pilar, 54 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Fuentes cercanas citadas por la prensa local indicaron que no habrá velatorio.
El presidente Macri se encontraba en la localidad de San Martín de los Andes (sur) para el fin de semana largo de carnavales, pero regresó de inmediato a Buenos Aires.
«Gracias de corazón por los mensajes, llamados, tuits y comentarios que recibí desde anoche», escribió en Twitter el jefe de Estado, que pidió un «día de intimidad familiar».
Reconocido empresario de la construcción, el padre del actual presidente argentino sufría problemas de salud desde hace meses.
– Un emporio empresarial –
El italiano, que falleció a los 88 años en su casa de Buenos Aires, erigió su imperio empresarial a partir de la construcción y la obra pública, comenzando con la compañía Sideco Americana, que fundó en 1951.
En los años 70, Macri consolidó su expansión con el Grupo Macri-SOCMA, con el que llegaría a ser accionista mayoritario de Fiat Sevel Argentina, un consorcio que fabricó y comercializó vehículos Fiat y Peugeot en el mercado argentino hasta finales del siglo pasado.
El conglomerado, que en su esplendor acaparó todo tipo de negocios, desde los electrodomésticos hasta la telefonía móvil, creció con grandes contratos estatales en los distintos gobiernos argentinos, entre ellos la última dictadura (1976-1983).
Sin embargo, el patriarca del grupo Macri no estuvo exento de escándalos, como su reciente mención en la «causa de los cuadernos».
El proceso, que investiga una presunta trama de corrupción en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015), vinculó a Macri y a otro sus hijos, Gianfranco, acusados de pagar sobornos en una firma de concesiones viales.
– Una difícil relación –
Macri y su hijo mayor tuvieron una relación difícil, marcada por las tensiones y las exigencias del padre.
«Fue el mayor conflicto que tuve que enfrentar», explicó el mandatario argentino en una entrevista al diario «La Nación».
En el grupo empresarial familiar, el hoy jefe de Estado tuvo que sobrellevar la competencia de su propio padre.
Macri rompió con el grupo familiar cuando llegó a la presidencia de Boca Juniors en 1995.
«Yo quería un lugar que me pusiera a prueba y dejar de ser ‘el hijo de», señaló.
La relación fue más tranquila con los años y Mauricio se convirtió en legislador y luego en alcalde de Buenos Aires.
Sin embargo, el padre nunca dejó de medirlo, como cuando declaró en 2014 que su hijo tenía «la mente de un presidente, pero no el corazón».
Franco Macri selló la paz con su hijo cuando este llegó con éxito a la presidencia de Argentina, en noviembre de 2015.
«Supe entonces que debía dejar atrás cualquier fricción (…) y darle mi completo apoyo», afirmó Franco Macri en una carta pública de febrero de 2016.