París (AFP) – Media tonelada de cocaína de Colombia descubierta en un cargamento de bananos y 700 kilos de cocaína de Brasil en una caja de madera exótica. La nueva oficina francesa de lucha contra los estupefacientes ha registrado desde enero una serie inédita de incautaciones de droga proveniente de Sudamérica, en medio de un tráfico cada vez más masivo.
La «pista» que llegó a la oficina de lucha contra estupefacientes era correcta. El 24 de enero, al abrir un contenedor que supuestamente contenía madera exótica, la policía se encontró con 720 kilos de cocaína.
Oculta en una paleta de tablones de madera, la «blanca» había salido de Brasil, pasó por el puerto de Amberes (Bélgica) –la principal puerta de entrada de la cocaína en Europa–, y terminó aterrizando en una empresa de carpintería de Montussan, una pequeña región francesa cerca de Burdeos (suroeste).
Los agentes de la oficina de lucha contra la droga lograron detener a tres sospechosos de los suburbios de Lyon (sureste) que habían venido a recuperar el cargamento.
En su auto robado encontraron tres pistolas automáticas y dos rifles de asalto. Una incautación «importante» para la nueva oficina encargada la lucha contra los estupefacientes (la OFAST). Y la segunda del día.
Unas horas antes, sus agentes habían descubierto de manera fortuita media tonelada de cocaína en un cargamento de bananos provenientes de Colombia en el mercado mayorista de Rungis, en las afueras de París.
«En unos días, incautamos alrededor de 1,5 toneladas de cocaína», indicó a la AFP Stéphanie Cherbonnier, jefe de este nuevo servicio, creado para remplazar a la Oficina central encargada de la represión del tráfico ilegal de estupefacientes (Ocrtis), cuya reputación se había visto empañada por escándalos.
A estas dos incautaciones se añadió el descubrimiento de 106 kilos de cocaína en la región parisina y el arresto de mulas provenientes de Guayana, un territorio francés en Sudamérica, que son detenidas casi a diario en los aeropuertos de la capital francesa.
Esto, sin contar el hallazgo el 27 de enero de 400 kilos de polvo en Gennevilliers, un suburbio al norte de París, ligado a la incautación en Rungis. Para la OFAST, que abrió a principios de enero, el año 2020 ha comenzado con una serie inédita de incautaciones.
«Estas incautaciones reflejan el estado de la amenaza en materia de estupefacientes. Es extremadamente alta, en particular en cuanto a la cocaína, pero también a lo que concierne otros productos», señaló Cherbonnier.
– ‘En orden de batalla’ –
Todavía no se conocen las cifras de incautación para 2019 pero todo indica que seguirán galopando en un «rango alto». En 2018 se incautaron 100 toneladas de cannabis (+18%), 16,4 toneladas de cocaína (17,5 en 2017, año récord) y 871 kilos de heroína.
Estos decomisos son también resultado de una producción que alcanza niveles sin precedentes. Sólo en el caso de la cocaína, se estima que los tres principales productores, Bolivia, Perú y especialmente Colombia, duplicaron sus volúmenes entre 2016 y 2018 hasta alcanzar unas 2.000 toneladas anuales.
Europa es una salida para esta droga. En 2019, las incautaciones de cocaína en el puerto de Amberes alcanzaron un nuevo récord: casi 62 toneladas (+23% en comparación con 2018).
El reto es inmenso para la OFAST que pretende proporcionar su «apoyo y experiencia» a la policía y los servicios de aduanas, para lo cual debe asegurar una «buena coordinación» entre servicios y pasar definitivamente la página de las disputas entre servicios que en el pasado han socavado la lucha contra los estupefacientes en Francia.
Otra ambición es hacer que la comunicación entre los servicios de inteligencia sea más fluida. En el plano internacional, con la cooperación entre Francia y los países productores o de tránsito, pero también a nivel departamental, a través de las Unidades Operativas de Información sobre Estupefacientes (CROSS).
«Nos estamos poniendo en orden de batalla», indicó la jefa de la OFAST.
Otra prioridad: reforzar la lucha contra el blanqueo y la incautación de bienes criminales. «No puedes desmantelar una red si no te ocupas de la parte financiera. No se pueden confiscar productos sin más», añade Stéphanie Cherbonnier.
Las incautaciones de bienes delictivos vinculados al tráfico de drogas representan «el 10% del total» de las incautaciones, añade. «No es mucho. Hay que aumentarlo».