Houston (Texas).- Poco después de aterrizar en la Luna como parte de la misión IM-2, Intuitive Machines confirmó que su módulo de aterrizaje Athena había quedado de costado, limitando sus operaciones y provocando el fin anticipado de la misión. 

El anuncio se hizo oficial el viernes, tras recopilar algunos datos para la NASA.  

La misión IM-2 formaba parte de la iniciativa CLPS (Servicios de Carga Lunar Comercial) dentro de la campaña Artemis, cuyo objetivo es desarrollar la exploración de la Luna y Marte. Entre los experimentos científicos a bordo, se incluyó un taladro diseñado para extraer muestras del suelo lunar y un espectrómetro de masas para detectar volátiles, gases que podrían servir en el futuro para generar combustible y oxígeno para los astronautas.  

El módulo tenía previsto aterrizar en Mons Mouton, una región cercana al polo sur lunar. Sin embargo, el 6 de marzo, a las 11:30 a. m., Athena tocó tierra a más de 400 metros del sitio programado. Imágenes posteriores confirmaron que el módulo quedó recostado, lo que impidió el uso completo de los instrumentos científicos antes de que sus baterías se agotaran.  

A pesar del resultado, la NASA destacó que esta misión aterrizó más cerca del Polo Sur lunar que cualquier otra hasta la fecha, un área de alto interés científico debido a la posible presencia de agua congelada en su subsuelo. 

Nicky Fox, administrador asociado de ciencia en la sede de la NASA en Washington, señaló que este tipo de misiones, incluso cuando presentan contratiempos, ofrecen oportunidades de aprendizaje para futuras exploraciones espaciales.  

Antes de quedarse sin energía, Athena logró transmitir imágenes y activar algunos de sus instrumentos. El conjunto PRIME-1 de la NASA, que incluía el taladro TRIDENT, demostró su capacidad de movimiento en el exigente entorno lunar. Además, el espectrómetro de masas MSOLO detectó elementos en la atmósfera circundante, posiblemente debido a los gases emitidos por el sistema de propulsión del módulo.  

Clayton Turner, administrador asociado de tecnología espacial de la NASA, reconoció que la misión no logró todos sus objetivos, pero aseguró que la información obtenida servirá para futuras misiones. En su declaración, enfatizó la importancia de probar tecnologías in situ antes de futuras exploraciones tripuladas en la Luna y Marte.  

A pesar de la posición en la que quedó el módulo, Intuitive Machines consiguió recopilar 250 megabytes de datos científicos para la NASA. Joel Kearns, administrador adjunto de Exploración en la Dirección de Misiones Científicas, reafirmó el compromiso de la agencia con sus proveedores comerciales y resaltó la importancia de impulsar la economía lunar a través de contratos como el CLPS.  

Uno de los instrumentos a bordo, el conjunto de retrorreflectores láser de la NASA, permanecerá en la Luna como un punto de referencia pasivo en la superficie. Además, aunque las tecnologías Nova-C Hopper de Intuitive Machines y 4G/LTE Tipping Point de Nokia no completaron todas sus pruebas, lograron validar algunos elementos tecnológicos que podrían aplicarse en futuras misiones espaciales comerciales.  

La misión IM-2 despegó el 26 de febrero, a las 6:16 p.m., a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. A pesar de este revés, Intuitive Machines tiene previstas dos entregas más a la NASA: la misión IM-3 en 2026 y la IM-4 en 2027.  

Hasta ahora, cinco proveedores han asegurado 11 entregas lunares bajo el programa CLPS, con más de 50 instrumentos científicos en camino a distintos puntos de la Luna, incluidas zonas inexploradas como su cara oculta y la región del Polo Sur.