Buenos Aires (AFP) – El Grupo de Puebla, que reúne a dirigentes de izquierda de América Latina, celebró la liberación del exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en una reunión que tuvo como anfitrión al presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, este sábado en Buenos Aires.
«Estoy feliz de ver a Lula libre otra vez», exclamó Fernández en su discurso inaugural, junto a la expresidenta brasileña Dilma Rousseff.
«Siempre es necesario estar al lado de los que sufren alguna injusticia», enfatizó Fernández y recordó su visita en prisión durante su campaña electoral al dirigente, a quien considera un perseguido político.
Fernández aseguró además que tanto con la excarcelación de Lula como con su elección en Argentina empieza un cambio de tendencia en América Latina, donde en los años recientes triunfaron gobiernos de centro-derecha.
«Este va a ser el grupo del que salgan los líderes que van a poner de nuevo en pie a América Latina. Vamos a cambiar a América Latina», afirmó.
En un tono similar, Rousseff sostuvo: «Para nosotros todos en América Latina la victoria de Alberto Fernández cambia las condiciones y revierte la onda (ola) conservadora».
Fernández asumirá la presidencia de Argentina el próximo 10 de diciembre con la exmandataria Cristina Kirchner como vicepresidenta.
Rousseff se dijo además «feliz» por la puesta en libertad de Lula «porque pudiendo andar libremente por Brasil puede hacer que vuelva la democracia y la paz».
Fernández ha tenido tensos roces con el mandatario brasileño Jair Bolsonaro, quien había llamado a los argentinos a votar a favor del actual gobernante liberal Mauricio Macri, y anunció que no acudirá a su ceremonia de investidura.
Sin embargo, Fernández dijo este sábado que «la unidad de Brasil y Argentina es indisoluble y ningún gobierno de coyuntura la puede romper».
– Crisis en Bolivia y Chile –
El presidente electo argentino ofreció su respaldo al boliviano Evo Morales, cuya reelección para un cuarto mandato en controvertidos comicios desató una ola de protestas en las calles, a las que se sumó el viernes una rebelión policial.
«En Bolivia hay una clase dominante que no se resigna a perder el poder en manos de un presidente que se parece a los bolivianos», dijo, al aludir a la pertenencia de Morales a la etnia aymara.
Además, expresó su preocupación por la situación de Chile, sumido en un estallido social con protestas que no han cesado en las últimas tres semanas.
«Quisiera que Chile recupere su paz. Los chilenos tienen una dirigencia política espléndida. Espero que Chile se reencauce en un modelo más igualitario», dijo.
El cónclave de Buenos Aires es el segundo del Grupo de Puebla, formado en julio en México, con Fernández como uno de sus principales impulsores.
El foro intenta hacer contrapeso al Grupo de Lima, surgido como una iniciativa de gobernantes liberales de la región contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Sin embargo, la situación de Venezuela no fue mencionada en los discursos públicos de este sábado.
La reunión a la que acuden unos 32 dirigentes políticos cerrará el domingo con una declaración.
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