Brumadinho (Brasil) (AFP) – El número de fallecidos tras la ruptura de un dique minero en Brumadinho, sureste de Brasil, subió a 58 y los desaparecidos suman 305, en tanto los operativos de búsqueda continuarán a lo largo de la noche de este domingo, informaron las autoridades.
Se registraron «305 personas desaparecidas, el número aumentó porque algunas familias fueron registradas y no estaban en la lista inicial» y hasta ahora hay «58 muertos», indicó a la prensa el teniente coronel Flávio Godinho, portavoz de la Defensa Civil del estado de Minas Gerais.
El responsable afirmó que «con seguridad ese número (de fallecidos) aumentará» porque «hace pocos minutos fue encontrado un autobús cerca de la administración de Vale con algunos cuerpos, no tenemos números todavía», dijo refiriéndose a la compañía propietaria de la mina.
Godinho indicó que a causa de ese último hallazgo se extenderá la búsqueda este domingo y que el número de cuerpos identificados asimismo subió a 19.
Las operaciones de rescate se reanudaron por la tarde luego de que las autoridades descartaran el riesgo de resquebrajamiento de otra represa en Brumadinho, donde la noche del viernes la ruptura de un dique dejara sepultadas bajo el lodo decenas de viviendas.
Hacia las 05H30 locales, la compañía Vale, propietaria de la mina Córrego de Feijao donde están los diques, accionó las alarmas ante el riesgo de rotura de una presa cargada con de 3 a 4 millones de metros cúbicos de agua.
Cerca de 3.000 personas fueron evacuadas en medio del pánico y la confusión.
«Tuve que salir con mi familia, mis hijos (…). Estamos molestos, tensos, porque dejar nuestra casa no es fácil. Hace 15 años que vivimos allí», dijo a la AFP José Maria Silva, de 59 años.
Vale indicó que el nivel de riesgo se redujo con lo cual «las personas que habían dejado sus casas fueron autorizadas a regresar».
Pero muchos optaron por quedarse en los refugios. «La gente tiene miedo de que la sirena vuelva a sonar, volver a sus casas y no saber qué hacer» si ocurre otra catástrofe, dijo el médico Maicon Nunes.
– «Sueño» arrasado –
Una casa reducida a ruinas en la comunidad de Parque da Cachoeira dimensiona la desolación: el segundo piso se encuentra bajo el lodo.
Además de tejas, se ve un sofá, una paradisíaca pintura de mar y flores de papel. A la entrada de lo que era un hogar, un cartel: «Sonho Meu» (Mi sueño).
Por delante avanza un río marrón de unos 300 metros de ancho que también arrasó la vegetación a su paso.
«Corrimos hacia arriba y vimos que todo se iba. Perdimos todo», relató Lauriane Oliveira da Souza, una residente en Brumadinho. «Me arrodillé, comencé a llorar y agradecí porque mi familia está viva», dijo.
El sábado, varios helicópteros buscaron sobrevivientes en la extensa marea de barro.
La desesperación se apoderó de quienes perdieron o desconocen el paradero de familiares y amigos.
El presidente Jair Bolsonaro aceptó la ayuda tecnológica para buscar desaparecidos ofrecida por Israel, un país con el que busca estrechar relaciones.
Un contingente de unos 130 efectivos israelitas y 16 toneladas de equipos llegaron por la noche a Belo Horizonte y desde este lunes participarán en los rescates.
El mandatario ultraderechista se comprometió el sábado a «investigar los hechos, reclamar justicia y prevenir nuevas tragedias como las de Mariana y Brumadinho».
Vale era también una de las propietarias del dique que se rompió en el municipio cercano a Mariana en noviembre de 2015, dejando 19 personas muertas y ocasionando el peor desastre ecológico en Brasil.
– Bloqueo de activos de Vale-
La justicia ordenó el bloqueo cautelar de 11.000 millones de reales (unos 3.000 millones dólares) de Vale, para el resarcimiento de daños personales y ambientales por esta nueva tragedia.
«Vale fue inconsecuente e incompetente, acabó con nuestra ciudad. Esperábamos que Vale aprendiera la lección con lo que ocurrió en Mariana. Ocurrió hace tres años y ahora ocurre en nuestra ciudad», declaró el alcalde de Brumadinho, Avimar de Melo.
La empresa «todavía no entró en contacto con nosotros. Vamos a ver si toma medidas y nos indemniza, no merecemos esto», afirmó Lauriane Oliveira da Souza.
La represa no era usada desde hacía tres años y había sido verificada regularmente, según la firma.
La tragedia desató críticas de organizaciones como Greenpeace o SOS Mata Atlántica, líderes políticos y expertos en gestión de riesgos.
«Éste es un gobierno que no indica que actuará con mayor control en el tema ambiental (…). Va a considerar que las corporaciones a priori funcionan de manera responsable y lo que venimos viendo es lo contrario», dijo a la AFP Luiz Jardim Wanderley, especialista en minería de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro (UERJ).
Wanderley afirmó que «casi 10% de los diques o no tienen la estabilidad garantizada o no hay información suficiente para definir su condición», por lo que «muy probablemente vamos a tener otros casos, de magnitud menor o mayor. Esos desastres podrían ser aún mayores».