Montevideo (AFP) – En la intimidad de su chacra y saboreando un brownie de marihuana, el expresidente de Uruguay José «Pepe» Mujica planea con dos cercanos colaboradores una expedición a Estados Unidos para conseguir el cannabis que su país necesita para satisfacer la demanda de los consumidores.
Aunque el exmandatario y exguerrillero suele sorprender con sus acciones y declaraciones, en esta ocasión se trata de una escena de la película uruguaya «Misión No Oficial», actualmente en las salas de cine.
«La película es una gran broma», dice Denny Brechner, actor y realizador del filme junto con Alfonso Guerrero y Marcos Hecht, de Loro Films y Pardelion Films, en entrevista con la AFP.
El popular exmandatario aparece en la cinta como el «jefe» que envía una comitiva a Estados Unidos, integrada por Alfredo Rodríguez, el supuesto director de la «Cámara Uruguaya de la Marihuana Legal» (Brechner), y su madre (la actriz Talma Friedler).
Estos dos uruguayos se trasladan a Colorado, Washington y Nueva York para explorar la manera de suministrar a su país de marihuana, luego de que en 2013 Uruguay se convirtiera en el primer país del mundo en colocar bajo el control del Estado la producción y comercialización de cannabis.
– «Mucha joda» –
La pregunta que todos se hacen es si el expresidente actuó para la película.
Ante la presión, los realizadores aseguraron en un comunicado que implicaron a Mujica «en una trama que él desconocía por completo».
«Mujica sabía que era una película sobre la marihuana en tono de humor, el resto nosotros nos tomamos muchas libertades artísticas», explicó Brechner a la AFP.
El director dijo que las escenas del expresidente y su voz en off fueron grabadas en situaciones reales y que ellos se encargaron luego de hacer «magia» para armar la película.
Durante una exhibición privada para él y su esposa Lucía Topolansky, una exguerrillera como él que acaba de convertirse en vicepresidenta, lo primero que dijo Mujica fue: «mucha joda (broma) para un tema tan serio», según Brechner.
También aclaró que no había marihuana en la escena en la que Mujica sale comiendo el brownie y dice que «a Lucía le encantan».
Al final de la cinta el propio Mujica sale explicando que el humor es parte de la vida republicana de su país.
Y siguiendo la tradición uruguaya de mofarse de la vida cotidiana, de la política y de sí mismos, como se expresa en las murgas que llenan de humor el carnaval en los veranos montevideanos, el presidente autorizó hacer pública la película.
– Obama, otro invitado involuntario –
En la trama, estos dos únicos miembros de la Cámara Uruguaya de la Marihuana Legal asisten al mayor festival de cannabis que anualmente se celebra el 20 de abril en Denver (Colorado), y ante la comunidad canábica, la madre ofrece un improvisado discurso que levanta una ovación para Uruguay.
En su periplo por Estados Unidos visitan a productores de cannabis y se entrevistan con importantes activistas a favor de la legalización de la marihuana, sin conseguir su encomienda: comprar 50 toneladas de la hierba.
Alfredo aparece con un celular escuchando la voz apremiante del «jefe» que presiona cuando éste le explica que la misión está a punto de abortar por la imposibilidad de importar la droga de manera legal.
Entonces, el «jefe» manda como refuerzo a un policía de la agencia antinarcóticos uruguaya, afecto al alcohol y a los porros, para apoyar la misión.
En una acción desesperada, los responsables de la operación acaban comprando la droga a la mafia jamaiquina y aprovechan una visita oficial de Mujica a Estados Unidos para trasladarla a su país oculta en miles de bolsas de yerba mate, como parte de la valija diplomática.
Oportunidad que los realizadores aprovechan para incluir a otro carismáticos expresidente, Barack Obama, en un archivo auténtico de una reunión con Mujica en la Casa Blanca.