Cuando se habla del arpa jarocha no puede dejar de mencionarse al maestro Alberto De La Rosa, quien es considerado uno de los exponentes de ese instrumento a nivel mundial.
El maestro De La Rosa estuvo en la celebración de la Semana Veracruzana en Los Ángeles, que se celebró a finales de agosto. Allí recibió un homenaje por su carrera artística y ofreció además un concierto que se denominó ¡Solo Veracruz es Bello!
Durante el concierto, el maestro Alberto de la Rosa se refirió al arpa jarocha como la reina veracruzana, con un son jarocho.
“En la cuenca de Papaloapan, que como nosotros decimos, nació el Son Jarocho. Porque el Son Jarocho nació como las grandes culturas de la humanidad, a las orillas de un gran río, que es el río Papaloapan”, dijo el maestro De La Rosa.
“El río Papaloapan es un río increíble. Pero no solo la cuenca sino todo lo que lo rodea, las riberas, su fauna, su flora. Es casi un paraíso”, añadió el maestro, antes de tocar el son.
Un exponente del arpa a nivel mundial
Los inicios del maestro De La Rosa, actualmente de 70 años, en el ámbito musical fueron con un instrumento muy diferente. A los 11 años comenzó tocando la guitarra pero no fue hasta los 17 que se decidió por el arpa jarocha.
“El arpa en el estado de Veracruz es un instrumento muy popular, entre la música jarocha”, dijo el maestro De La Rosa, dijo el maestro a Hispanos Press poco antes de su concierto.
Para el maestro, ser considerado el exponente del Arpa Jarocha “son oportunidades que he tenido y en donde he podido progresar”.
Ese progreso se observa además, con la fundación del Grupo Tlen Huicani, en 1972, con el cual ha mostrado el sentimiento del arpa y la música jarocha a otros países.
“El son jarocho es música muy alegre. Más que alegre es música festiva, que se utiliza principalmente en fiestas de todo tipo”, añadió el maestro, destacando que se escucha en todo tipo de acontecimientos, que incluyen nacimientos, bodas e incluso funerales.
Su primera presentación fue en el Teatro de Xalapa, capital del estado de Veracruz, el 12 de septiembre de ese año. Actualmente forman parte del mismo Raúl Monge, Rubén Melgarejo, David Melgarejo, Horacio Martínez y el maestro Alberto de La Rosa.
Una cultura del arpa más allá de México
El maestro De La Rosa destaca que en sus inicios con el arpa, desconocía la cultura en torno a ese instrumento más allá de México, como en Paraguay y los llanos colombo venezolanos.
Una gira en donde acompañó a un grupo de conjunto folclórico, que había sido invitado a varios países de América del Sur en 1973, le permitió al maestro De La Rosa conocer la influencia musical del arpa en estos lugares.
“Todos tenemos inquietud de viajar por el mundo pero nunca pensé que podría viajar llevando la música”, dijo el maestro.
Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Perú y Argentina fueron algunos de los países que visitó y pudo aprender de cada una de ellas.
“En el Perú todavía hay música con fuerte matiz indígena y la tocan con el arpa. Eso hace que sea una diferencia muy grande con la música de Veracruz, que es una música mestiza totalmente”.
Pero también descubrió similitudes con la música veracruzana.
“La música de los llanos colombo venezolanos y la veracruzana es muy parecida, aunque la de los llanos tiene un desarrollo mucho mejor que la que tenemos en Veracruz”, dijo De La Rosa.
Un aprendizaje para las siguientes generaciones
El maestro De La Rosa considera que ha aprendido mucho de ese contacto con arpistas de otros países, especialmente en los llanos colombo venezolano.
“En Veracruz siempre decimos que los llaneros son nuestros hermanos mayores, porque ellos tienen un avance en el arpa tremendo”, dijo De La Rosa. “De ellos hemos aprendido técnicas que aplicamos”
Ese conocimiento adquirido durante su carrera ahora quiere transmitirlo a las siguientes generaciones. Para ello cuentan con la Casa del Arpa en la ciudad de Coatepec, un proyecto a cargo de Raúl Monge, en donde enseñan el arpa a los niños.
El arpa jarocha también se enseñan a los jóvenes de la Universidad del Estado de Veracruz, como complemento a su cultura general, y en el Centro de Iniciación Musical Infantil.
Pero, aunque los jóvenes no se dediquen a tocar el arpa jarocha, el maestro les aconseja que se asomen a la música para que aprendan a apreciarla.
«Que se ‘asomen’, porque tengo la seguridad de que les va a gustar. De diez jóvenes que se asoman, a ocho les va a gustar», dijo el maestro. «No necesariamente a tocarla, pero a oírla, conocerla y disfrutarla».