Bogotá (AFP) – Iván Márquez, ex número dos de la disuelta guerrilla de las FARC cuyo paradero era desconocido desde hace más de un año, reapareció en un video vestido de verde militar anunciando que retomó las armas junto con otros jefes rebeldes que se apartaron del acuerdo de paz en Colombia.
«Anunciamos al mundo que ha comenzado la segunda Marquetalia (cuna histórica de la rebelión armada) bajo el amparo del derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo de levantarse en armas contra la opresión», señala Márquez acompañado de Jesús Santrich, prófugo de la justicia, en la grabación divulgada el jueves en Youtube.
Desde las selvas del sureste de Colombia, el también exjefe negociador de paz agregó que su anuncio supone la «continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana», que condujeron al desarme de unos 7.000 hombres y mujeres en 2017.
Márquez, Santrich y Hernán Darío Velásquez, alias El Paisa -quien también aparece en el video con fusil y en camuflado- se marginaron del pacto de paz que pretendía acabar con más de medio siglo de conflicto armado y que dio origen al ahora partido FARC.
Los tres reaparecieron en la selva flanqueados de 17 hombres y mujeres con fusiles y una pancarta al fondo en la que puede leerse «Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP».
En el video de 32 minutos, Márquez denuncia «la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica».
Según él, eso fue lo que los obligó a «regresar al monte».
– Acercamiento con el ELN –
Hace más de un año que Márquez decidió apartarse del pacto de paz alegando los mismos incumplimientos del Estado que ahora invoca para retomar las armas en un país donde el tráfico de drogas sigue alimentando varios focos de violencia.
Santrich, entretanto, es prófugo dentro del proceso que se le sigue por presunto narcotráfico. El también congresista es acusado por Estados Unidos de haber conspirado para enviar cocaína después de firmar la paz a finales de 2016.
Por su parte, El Paisa -un temido jefe militar en épocas de las antiguas FARC- también tiene orden de captura por desatender los compromisos firmados con el gobierno del expresidente y Nobel de Paz Juan Manuel Santos (2010-2018).
Los rebeldes son requeridos por el tribunal especial que juzga los peores crímenes cometidos durante medio siglo de conflicto armado. Contra Santrich incluso hay una orden internacional de captura.
En el video -que despertó rechazo entre partidarios del acuerdo de 2016- Márquez sostiene que el nuevo grupo armado buscará coordinar «esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas».
Aunque el grueso de las FARC se desmovilizó, unos 2.300 combatientes distribuidos en varios grupos conforman las llamadas disidencias y se dedican mayoritariamente al narcotráfico y la minería ilegal, según inteligencia militar.
Mientras, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, en armas desde la década de los sesenta) es considerada la última guerrilla activa en Colombia, con unos 2.300 integrantes y una fuerte influencia en la frontera con Venezuela.
De momento, el gobierno de Iván Duque -que intentó sin éxito modificar lo pactado en desacuerdo con lo que considera concesiones a la antigua guerrilla- no ha fijado una posición sobre el explosivo anuncio de Márquez.
– «Golpe bajo» –
El partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) y exnegociadores de paz lamentaron el regreso a las armas de Márquez y sus compañeros, pero insistieron en defender el acuerdo que permitió el desarme de miles más de combatientes.
Rodrigo Londoño, conocido también como Timochenko y presidente del partido, consideró como un «golpe bajo», una «desafortunada noticia» lo anunciado por sus excamaradas, aunque dijo que a partir de ahora se acaba la «ambigüedad» en torno a los jefes rebeldes que desconocieron lo pactado.
«La gran mayoría de la gente que se ha mantenido dentro del proceso se sigue manteniendo porque cree en él, está convencida, tiene preocupaciones, pero ese mensaje sí puede calar en algunos compañeros que están indecisos, puede hacernos algún daño», agregó el otrora comandante guerrillero en entrevistas con la radio.
De su lado, el expresidente Santos tuiteó: «El 90% de las Farc sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene!».
Entre los opositores al acuerdo de paz, el expresidente y senador Álvaro Uribe (2002-2010) alzó la voz más fuerte:
«El pais (sic) tiene que ser consciente que proceso de paz no hubo, sino el indulto para algunos responsables de delitos atroces a un alto costo institucional», escribió en Twitter.