Caracas (AFP) – El vicepresidente del Parlamento venezolano, Edgar Zambrano, fue excarcelado este martes tras el inicio de un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y un sector de la oposición, que excluye al dirigente Juan Guaidó.
Detenido el 8 de mayo por respaldar la fallida rebelión militar contra Maduro del pasado 30 de abril, Zambrano abandonó Fuerte Tiuna, principal complejo militar del país en Caracas, donde fue recibido por políticos y familiares, constató la AFP.
«Mi prisión fue injusta, violatoria de la inmunidad parlamentaria, de los derechos humanos», dijo Zambrano, de 64 años, vestido con camisa blanca, en su primera declaración a periodistas.
El parlamentario opositor, quien deberá presentarse cada 30 días ante los tribunales y tiene prohibido salir del país, anunció que a partir de este miércoles serán liberados otros 58 presos por motivos políticos, sin detallar nombres.
«El mecanismo que debe privar (sic) para resolver el problema de la política venezolana es la fuerza de la palabra», añadió Zambrano, capturado en una operación cinematográfica que incluyó el uso de una grúa tras negarse a salir de su vehículo.
Según el fiscal general, Tarek William Saab, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) -de línea oficialista- ordenó la liberación como parte de «acuerdos parciales» suscritos el lunes entre el gobierno de Maduro y partidos opositores minoritarios al margen de Guaidó, presidente del Parlamento de mayoría opositora.
Guaidó, reconocido como mandatario encargado de Venezuela por medio centenar de países, sostuvo que la excarcelación «no es una ‘gentileza’ de la dictadura», sino «un logro de quienes no nos rendimos».
– Guaidó ratificado –
Zambrano fue apresado luego que el TSJ abriera procesos penales contra él y otros 14 diputados por el alzamiento de una treintena de militares liderados por Guaidó.
Según la ONG de derechos humanos Foro Penal, existen unos 478 «presos políticos» en Venezuela, entre ellos el diputado Juan Requesens y 107 militares.
La liberación de Zambrano fue acordada por Maduro y un grupo de partidos minoritarios, con quienes el mandatario socialista emprendió conversaciones para resolver la grave crisis política y económica.
«Espero que mañana o esta semana tengamos otras (liberaciones). Soy optimista porque Maduro ha atendido esta que era una de las solicitudes que le hicimos en la mesa», declaró a la prensa el dirigente Claudio Fermín, quien recibió al legislador.
El pacto fue firmado un día después de que Guaidó declarara «agotado» el diálogo que representantes suyos y de Maduro mantenían desde mayo con la mediación de Noruega en Barbados.
El opositor tildó el acuerdo de «parapeto» durante una sesión este martes en la que el Legislativo lo ratificó como presidente encargado hasta que «cese la usurpación» por parte de Maduro, intentando despejar dudas sobre su liderazgo.
Guaidó reiteró que la «dictadura» abandonó las conversaciones por su negativa a celebrar nuevos comicios presidenciales y no en rechazo a las duras sanciones de Estados Unidos, como asegura Maduro, quien este martes ratificó que está abierto a retomar el proceso impulsado por Noruega.
– «Moneda de cambio» –
Al referirse al acuerdo con las minorías opositoras, la Unión Europea (UE) señaló que cualquier negociación, para ser creíble, demanda el respaldo de la Asamblea Nacional y el «claro objetivo de llevar adelante elecciones presidenciales».
Por su parte, Estados Unidos, principal valedor internacional de Guaidó, consideró que la suspensión del proceso auspiciado por Noruega «refleja la negativa del régimen para negociar de buena fe».
Desde 2017, el gobierno ha impulsado la excarcelación de decenas de opositores, lo que según ONG’s como Foro Penal demuestra que son presos presos políticos a quienes Maduro usa como «moneda de cambio» para mantenerse en el poder.
Analistas como Andrés Cañizalez consideran que el pacto entre Maduro y un sector opositor busca «desplazar» a Guaidó, debilitado en los últimos meses al no lograr expulsar al gobernante, quien es respaldado por los militares, Rusia, China y Cuba.
A su juicio, el acuerdo dilata la solución de la crisis y le da a Maduro «garantías de permanecer en el poder».