Washington, 14 jun (EFE).- Las tasa de malnutrición y el sobrepeso están creciendo en casi todas las regiones del mundo, y un 44 % de los países con datos disponibles cuenta con tasas graves, un problema que se han convertido en la «nueva norma» en muchas naciones, según un informe divulgado hoy en Washington.
«Una de cada 12 personas cuenta con diabetes en el mundo, y cerca de 2.000 millones son obesos o presentan sobrepeso», indicó Corinna Hawkes, coautora del «Informe de la nutrición mundial», que se basa en datos de 129 países.
El documento, elaborado por el International Food Policy Research Institute, señala los «insuficientes» progresos registrados para combatir la malnutrición, especialmente en la reducción de anemia entre las mujeres, y prevenir mayores alzas en la diabetes entre los adultos.
La malnutrición contempla desde deficiencias en determinados minerales y vitaminas de las personas con menor alimentación de la necesaria, así como altos niveles de azúcar, sal, grasas o colesterol en la sangre de los obesos.
Estas condiciones están aumentando la presión sobre sistemas de salud ya muy frágiles, agregó el reporte.
«Uno de cada tres personas sufre alguna forma de malnutrición. Vivimos en un mundo en el que estar mal alimentado es la nueva norma. Y es algo que debemos considerar totalmente inaceptable», dijo Lawrence Haddad, coautor del informe e investigador del instituto.
En África y Asia, se pierde anualmente el 11 % del producto interior bruto (PIB) debido a los costes asociados a la malnutrición; mientras que en EEUU, cuando una familia cuenta con una persona obesa, se gasta una media de 8 % más en cuidados de salud.
No obstante, el informe también muestra avances notables, como el caso de Perú y Malawi en aumento de los niveles de lactancia y reducción de la anemia; y Jamaica, en los de sobrepeso.
Para cumplir con los objetivos de 2025, es necesario elevar las contribuciones globales, y se calcula que el déficit de financiación actualmente es de 70.000 millones de dólares.
Entre esos objetivos, figuran reducir la anemia en mujeres en edad reproductiva en un 50 %, rebajar un 30 % los bebés nacidos con poco peso, elevar en un 50 % la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, y reducir en un 30 % el consumo de sal entre adultos.