Aproximadamente 30 a 60 niños en los Estados Unidos sucumben anualmente al calor extremo por no ser atendidos en un vehículo estacionado.
Lamentablemente, a menudo escuchamos informes trágicos de un padre o cuidador amoroso que accidentalmente deja a un niño dormido en el automóvil.
Un estudio reciente analizó cuánto tarda un automóvil en alcanzar temperaturas mortales cuando hace calor.
Los investigadores probaron diferentes tipos de vehículos en diferentes grados de sol y sombra durante un período de tres días.
Descubrieron que, en temperaturas de 100 grados, todos los vehículos, ya sea al sol o a la sombra, alcanzaron niveles peligrosos de temperaturas de tres dígitos en sólo una hora.
La Dra. Kimberly Giuliano, del área de pediatría de la Clínica Cleveland no participó en la investigación, pero indicó que los bebés y los niños pequeños son especialmente sensibles al calor extremo.
Giuliano resaltó que las temperaturas en triples dígitos pueden provocar un golpe de calor como mínimo, e incluso la muerte de un niño pequeño.
«Cuanto más joven es un niño, mayor es el riesgo de desarrollar hipertermia y lesiones relacionadas con el calor», dijo Giuliano. «Los niños pequeños tienen áreas de superficie corporal más grandes en comparación con su peso total, y también tienen mecanismos de enfriamiento menos eficientes (sus cuerpos son más cálidos desde el principio) y no sudan tanto».
La experta dijo que la mayoría de las veces, los niños que se quedan solos en autos calientes se reduce a que los cuidadores se olvidan de que el niño está en el automóvil, por eso es especialmente importante estar atentos y vigilantes al transportar niños durante los calurosos meses de verano.
«Deje a un lado los teléfonos celulares, las llamadas, los mensajes de texto, las compras, todo eso puede esperar hasta que el niño esté seguro dentro de la casa o en cualquier otro lugar al que vayas», dijo.
La Dra. Giuliano añadió que los niños nunca deberían quedarse solos en un automóvil por ningún motivo. Ella insta a los padres y cuidadores a que siempre saquen a los niños del automóvil cuando llegan a un destino antes de hacer cualquier otra cosa.
Permitir que un niño juegue mientras hace otra cosa pone a los padres en riesgo de distraerse y dejar al niño atrás.
Los resultados completos de la investigación se pueden encontrar en la revista Temperatura.