Washington (DC).- Un reciente informe del Grupo Banco Mundial revela que acelerar el desarrollo y fomentar un crecimiento económico sostenible podría disminuir significativamente las pérdidas económicas y los deterioros en la calidad de vida causados por el cambio climático.
Según el documento titulado «A la altura del desafío: historias de éxito y estrategias para lograr la adaptación y la resiliencia climáticas», un incremento del 10% en el PIB per cápita podría reducir el número de personas extremadamente vulnerables en cerca de 100 millones.
El estudio enfatiza la necesidad de implementar políticas específicas y adaptadas a cada país para combatir los efectos del cambio climático. Los países con mayores ingresos deberían priorizar la modernización de su infraestructura, mientras que aquellos con recursos más limitados tienen la oportunidad de construir infraestructuras sostenibles desde sus cimientos.
«Todos los países están expuestos a los devastadores efectos del cambio climático, pero los más golpeados son sin duda los más pobres», expresó Axel van Trotsenburg, Director Gerente Superior del Banco Mundial.
«Por ello, estamos comprometidos a intensificar nuestras acciones en sectores clave como la alimentación y agricultura, agua, ecosistemas y biodiversidad, infraestructura y redes de protección social para preparar mejor a las comunidades para los desafíos climáticos».
El informe destaca también la creación de un nuevo Cuadro de Indicadores Institucionales por parte del Banco Mundial, que por primera vez medirá el progreso en la implementación de intervenciones climáticas.
Este sistema de rendición de cuentas tiene como objetivo asegurar que las iniciativas del Banco contribuyan efectivamente a su misión de erradicar la pobreza extrema y fomentar una prosperidad compartida en un planeta habitable.
En términos de acciones concretas, el Banco Mundial ha ayudado a más de 60 países a través de sus informes nacionales sobre clima y desarrollo a identificar los principales riesgos climáticos y las soluciones óptimas para proteger los desarrollos vitales.
Además, se han implementado sistemas de alerta temprana y mejoras en el acceso a seguros para comunidades y empresas amenazadas por estos riesgos.
Ejemplos concretos de éxito incluyen el Plan de Acción Contra el Calor de Ahmedabad en India, que combinó alertas tempranas con campañas de comunicación y movilización de trabajadores de salud, evitando más de 2000 muertes relacionadas con el calor en sus primeros dos años.
En Níger, un nuevo sistema de protección social adaptativo entregó dinero en efectivo a las familias afectadas por sequías, aumentando su seguridad alimentaria en un 8% y su bienestar en un 18%.
Por otro lado, en Bangladesh, las mejoras en los pronósticos meteorológicos ayudaron a reducir en un 75% las pérdidas de cultivos debido a malas condiciones climáticas.
Estos avances no solo muestran la capacidad de adaptación y mitigación de los impactos del cambio climático, sino que también refuerzan la importancia de una planificación y ejecución cuidadosas para asegurar un futuro más seguro y sostenible para todas las comunidades a nivel mundial.