Santiago (AFP) – España y Chile se mostraron dispuestos a ayudar a que Venezuela supere la crisis que ha llevado a la diáspora a más de dos millones de personas, anunciaron este lunes los mandatarios de ambos países.
«Para que Venezuela encuentre pronto una solución se va a requerir la ayuda de todos los países», dijo el presidente chileno Sebastián Piñera, quien espera que España juegue un rol de liderazgo en Venezuela, como lo ha hecho en otras crisis en Latinoamérica.
«Nuestra política como país es hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que Venezuela recupere su democracia, su estado de derecho y el respeto de los derechos humanos», dijo Piñera en una conferencia de prensa conjunta con el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, que inició este lunes en Santiago una gira que lo llevará además a Bolivia, Colombia y Costa Rica.
Sánchez, por su parte, dejó claro que España «no tiene una política de injerencia en la política latinoamericana», aunque ve la «crisis que se viene larvando desde hace mucho tiempo con profunda, profunda preocupación».
Venezuela, dijo, «tiene que abrir un diálogo consigo misma, entre venezolanos, para encontrar una solución a esta crisis política», aunque la comunidad internacional debe «acompañar ese diálogo», dijo el recientemente designado presidente del gobierno, que aseguró que Madrid «estará acompañando de forma activa, con un país que es tan próximo con nosotros».
Ante la crisis humanitaria que ha llevado a más de 2,3 millones de venezolanos a buscar una nueva vida en el extranjero (7,5% de la población), Sánchez señaló que lo «importante no es olvidarse de los venezolanos», ni de los que están emigrando ni de los que viven en el país.
Piñera volvió a su vez a pedir al gobierno de Nicolás Maduro que «acepte la ayuda humanitaria que en múltiples ocasiones los países de América Latina le hemos ofrecido para aliviar el dolor y el sufrimiento del pueblo venezolano».
El mandatario conservador chileno aseguró que en Venezuela «hoy en día no hay democracia, no hay separación de poderes, no hay respeto a los derechos humanos, no hay estado de derecho. Y hay algo que puede ser mucho más grave: está viviendo una profunda crisis humanitaria«, producto del «descalabro económico», pues el Producto Interno Bruto «es menos de la mitad de lo que fue hace 12 años atrás».
«El 80% de la población vive en una pobreza extrema», sostuvo.