Lima (AFP) – El periodista que destapó el escándalo de los audios de jueces en Perú estima que si la fiscalía logra relanzar la dilatada investigación del megaescándalo de corrupción de la brasileña Odebrecht, que salpica a cuatro expresidentes peruanos, podría hallar lazos entre ambos casos.
Las expectativas de retomar exitosamente el caso Odebrecht, también conocido en Perú como ‘Lava Jato’, se basan en la renovación de un acuerdo de cooperación con la fiscalía brasileña y en la designación de un nuevo fiscal peruano en el caso, tras cuestionarse el trabajo del anterior.
«Si (ahora) la investigación se hace bien, va a revelar mucha información y comprometer a mucha gente que hasta este momento logró que no salga y tendrá que enfrentar», dijo el periodista Gustavo Gorriti, director del portal de investigación IDL-Reporteros, que destapó el escándalo de los comprometedores audios de jueces.
En medios judiciales se considera que el acuerdo alcanzado en julio entre las fiscalías peruana y brasileña, que incluye inmunidad para los empleados de Odebrecht en Perú a cambio de cooperación con la justicia, será un tónico revitalizador en la investigación.
Dicho acuerdo pasó casi desapercibido por la vorágine de denuncias que difunde la prensa desde el 8 de julio, cuando IDL-Reporteros comenzó a divulgar las grabaciones de conversaciones telefónicas de jueces, sacando a la luz redes de presunto tráfico de influencias y venta de sentencias.
Una paradoja que provocan los escándalos es que debido a la lentitud de los procesos en Perú la ciudadanía va perdiendo interés en ellos, según los analistas.
– ‘Lava Jato’ y Lava Juez’ –
«Tendremos audios para rato. Somos audiolandia y solo una gran revelación traerá de vuelta (al caso) Odebrecht», dijo a la AFP el politólogo Juan de la Puente. Ese escenario podría estar más cerca que lejos.
La prensa peruana ha bautizado al escándalo de los audios como caso ‘Lava Juez’, parodiando al caso ‘Lava Jato’ (nombre de la operación brasileña que sacó al descubierto las grandes redes de corrupción en ese país).
«La cascada de datos que va a venir de Brasil va a cambiar marcadamente el conocimiento que hay del caso Odebrecht», aseguró Gorriti, quien estima que la judicialización del caso se acelerará con ese impulso.
«Por eso es tan importante que el caso ‘Lava Juez’ avance bien y rápidamente», agregó Gorriti, en un encuentro con corresponsales extranjeros.
Las sospechas apuntan a la posibilidad de que jueces y fiscales investigados por los audios hayan beneficiado a los investigados por el caso Odebrecht.
La ironía es que el nuevo fiscal general peruano, Pedro Gonzalo Chávarry, podría ser destituido a corto plazo por el Congreso, donde enfrenta una acusación constitucional por aparecer en algunos audios del escándalo.
Una eventual destitución podría provocar una reacción en cadena y arrastrar al fiscal Rafael Vela, nuevo encargado del caso Odebrecht.
Chávarry es acusado de haber mentido a una comisión del Congreso que investiga el escándalo de los audios.
Gorriti reiteró que el nuevo fiscal «está en condiciones de llevar a cabo acciones legales contra todos los principales funcionarios corruptos y miembros de empresas privadas que recibieron coimas de Odebrecht para tomar decisiones que favorecieron a la compañía» brasileña.
Por los audios, 12 personas han sido detenidas hasta ahora, y el Congreso evalúa destituir al juez de la Corte Suprema César Hinostroza, además de Chávarry.
El escándalo provocó también la renuncia del presidente de la Corte Suprema, Duberlí Rodríguez, y la destitución del ministro de Justicia, Salvador Heresi.
– Expresidentes en el banquillo –
Odebrecht, que optó por colaborar con la justicia, confesó que hizo millonarios aportes de campaña en 2006 y 2011 a los últimos cuatro ocupantes del sillón presidencial peruano, así como a la opositora Keiko Fujimori. Todos ellos lo niegan, pero están bajo investigación de la fiscalía.
Fue precisamente el escándalo de Odebrecht el que marcó en diciembre pasado el inicio del fin del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, luego de que la empresa revelara que había pagado casi cinco millones de dólares en asesorías a empresas ligadas a él.
Kuczynski había negado todo vínculo con la constructora, hasta que la propia empresa lo desmintió.
A partir de entonces, el Congreso dominado por la oposición fujimorista fue acorralando a Kuczynski, quien finalmente arrojó la toalla y renunció el 21 de marzo, al cabo de apenas 20 meses de gobierno.
Sus tres antecesores también están salpicados por el escándalo Odebrecht: Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y Alejandro Toledo (2001-2006). Este último enfrenta un pedido de extradición desde Estados Unidos, donde reside.