Chinameca (México) (AFP) – Emiliano Zapata, el revolucionario mexicano que peleó por los campesinos indígenas desposeídos, fue recordado este miércoles en el centenario de su muerte con un desfile cívico durante el que sonaron los gritos de protesta de opositores al gobierno mexicano, que reivindica el legado del caudillo.
Niños y jóvenes escolares, ellos disfrazados como guerrilleros revolucionarios y ellas como tradicionales «adelitas», con faldas coloridas y cananas cruzadas sobre el pecho, marcharon en la pequeña comunidad de Chinameca al compás de los tambores de bandas de guerra, por la avenida principal del pueblo donde el llamado «Caudillo del Sur» fue asesinado.
Pero la estampa pintoresca de este pueblo de unos 3.000 habitantes, parte del municipio de Ayala en el estado de Morelos (centro), fue alterada por la presencia de cientos de manifestantes, entre ellos los representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), protagonistas de un levantamiento hace 25 años.
La protesta se enfocó en una central termoeléctrica que se construye en Morelos impulsada por el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien dice reivindicar los ideales zapatistas como pilares de su llamada «Cuarta Transformación», que propone un cambio radical de las instituciones y la política mexicanas.
Pero el EZLN lo acusa de ser un presidente «tramposo» que busca «destruir» a los pueblos originarios.
«Hoy la persecución, acoso y ataque a nuestras comunidades es por el bien de todos y se hace bajo la bandera de la supuesta cuarta transformación», dijo Marichuy Patricio, lideresa indígena y excandidata presidencial, al leer un mensaje del subcomandante Moisés, dirigente del EZLN.
«Este como los anteriores malos gobiernos quiere secuestrar la imagen de Emiliano Zapata Salazar para que con su muerte muera también la defensa de la tierra», agregó.
El discurso de Patricio fue aplaudido por unos 200 manifestantes que, sin perturbar el desfile cívico, gritaron consignas contra la construcción de la termoeléctrica y protestaron por el reciente asesinato de un activista ambiental de la zona.
– Si Zapata viviera… –
Si Zapata estuviera vivo estaría «en una gran pelea, no estaría muy de acuerdo, no caminaría junto» con López Obrador, dijo Irving Sánchez, de 30 años, quien asistió al desfile y trabaja como empleado público del vecino municipio de Moyotepec.
«La tierra es de quien la trabaja» fue una de varias frases atribuidas al jefe del Ejército Libertador del Sur, un hombre de campo que se levantó en armas por esa idea.
«Es un día triste pero a la vez de alegría porque se le recuerda con honor y nos dejó un legado, el de la justicia», dijo, por su parte, el alcalde de Ayala, Isaac Pimentel, al cierre del desfile.
Mientras, en la capital estatal, Cuernavaca, López Obrador, encabezó el acto central en memoria del caudillo, tras decretar en enero que 2019 sea año conmemorativo del personaje histórico.
El evento mostró inusuales medidas de seguridad, con varias rejas metálicas que separaban en varias secciones a cientos de asistentes. Por momentos, en la lejanía, se escuchaban algunos reclamos que de inmediato eran acallados por una banda musical.
«Zapata siguió luchando por la tierra, por la justicia, nunca se doblegó (…) Un dirigente que no se vendió, que no traicionó», dijo el mandatario durante la ceremonia en que participó también Lizeth Castro Zapata, bisnieta del caudillo.
Miles de campesinos indígenas y adherentes del EZLN marcharon también en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas -el estado donde se originó el movimiento-, para protestar por desplazamientos internos y conflictos agrarios además de manifestar su rechazo a la minería y a proyectos de infraestructura propuestos por el gobierno.
– Herencia revolucionaria –
Zapata, uno de los líderes más célebres de la Revolución Mexicana y precursor de la reforma agraria, murió en una emboscada tramada por rivales políticos cercanos al gobierno de entonces, partidarios del viejo sistema latifundista.
Para el analista José Antonio Crespo, es evidente que existe «un pleito» por la figura y los símbolos de Zapata entre López Obrador y el EZLN.
En enero, el EZLN advirtió que se opondría a los «proyectos de destrucción» del actual gobierno como la creación de una Guardia Nacional o la construcción de un tren de pasajeros en el sur del país.
Estas diferencias no son nuevas. En 2006, la primera vez que López Obrador fue candidato a la presidencia, el subcomandante Marcos, por años vocero del EZLN, llamó abiertamente a no votar por él.
Para Crespo, el uso político de la historia y de sus principales personajes y símbolos ha sido siempre una marca registrada de López Obrador, aunque es un fenómeno usual en todos los países.
«Sí creo que tiene la idea y el propósito de hacer una transformación social, inspirada en los principios de la revolución», dice el analista.