La Paz (AFP) – El estatal Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) declaró este martes alerta roja y naranja en siete de los nueve departamentos de Bolivia, por las torrenciales lluvias que azotan el país, y que el último fin de semana dejaron 15 muertos.
Los departamentos de La Paz (oeste), Beni (noreste) y Cochabamba (centro) fueron declarados en «alerta roja» (el más grave) por la magnitud del crecimiento del caudal de los ríos, que amenaza con afectar a las poblaciones circundantes.
Además fueron declarados en «alerta naranja», de prioridad intermedia, los departamentos de Chuquisaca (sureste), Tarija (sur), Potosí (suroeste) y Pando (norte).
Las regiones de Santa Cruz (este) y Oruro (oeste) estaban aún al margen de las alertas.
El Senamhi especificó que se declara alerta roja, «cuando el nivel de los ríos alcanzan alturas críticas que hacen inminente el desborde, o cuando ya se ha iniciado la inundación».
Los ríos que según los pronósticos aumentarán de caudal por los torrenciales aguaceros son el Mamoré y el Beni que atraviesan las regiones de Cochabamba, La Paz y Beni.
El alerta naranja se declara cuando hay una «tendencia ascendente de los niveles de ríos y la persistencia e intensidad de lluvias».
El temporal dejó desde el sábado 15 muertos y siete desaparecidos, víctimas de dos deslizamientos de tierra en el mismo tramo de una nutrida carretera que une la ciudad de La Paz y el poblado de Caranavi, puerta de ingreso a la Amazonia, que arrastró automotores públicos y privados.
Además, el poblado de Caranavi, y comarcas aledañas, está incomunicado por tierra, a causa de la crecida de los ríos y el bloqueo de su única carretera.
Por este incidente, el presidente Evo Morales ordenó desde este martes el inicio de un puente aéreo para movilizar personas afectadas por el fenómeno natural.
Un reciente informe del Ministerio de Defensa del lunes señala que a la fecha los temporales dejaron 1.673 familias damnificadas, principalmente en La Paz y Beni, mientras que se esperaba una cifra actualizada de fallecidos.
La temporada de lluvias arranca en Bolivia en noviembre y se prolonga hasta marzo del siguiente año. El periodo de aguaceros 2017-2018 cerró con un saldo de 17 fallecidos, además de 14.800 familias afectadas.