Washington (AFP) – El gobierno de Estados Unidos volvió a proponer este jueves un drástico recorte de la cuota de admisión de refugiados tras cerrar varios acuerdos migratorios con Centroamérica, un plan que generó críticas de grupos humanitarios.
En el año fiscal 2020, que comienza el próximo 1 de octubre, este programa de reubicación de refugiados debería permitir el ingreso de 18.000 personas, frente a los 30.000 de este año y a los 85.000 de 2016, anunció el Departamento de Estado en un comunicado.
Esta propuesta marca nuevamente un mínimo desde que este programa de reinstalación de personas perseguidas fue creado en 1980, con un promedio de 95.000 personas anuales.
El presidente Donald Trump ha hecho de la reducción de la inmigración, tanto legal como irregular, un eje de su gobierno, con la guía de su asesor Stephen Miller.
Este programa concierne únicamente a los refugiados seleccionados por las agencias de seguridad y de inteligencia estadounidenses en los campos de desplazados de la ONU para ser reubicados en Estados Unidos.
«Esta propuesta para la admisión de refugiados reafirma el compromiso permanente de Estados Unidos para ayudar a las personas desplazadas del mundo, al mismo tiempo cumpliendo con nuestra primera prioridad de proteger y de servir al pueblo estadounidense», informó el Departamento de Estado.
El gobierno consulta con el Congreso antes de ultimar los cambios al programa de admisión de refugiados, pero en la práctica la decisión radica exclusivamente en el ejecutivo.
Los programas de reinstalación son diferentes de las demandas de asilo hechas en la frontera. Para este año fiscal 2020, Estados Unidos espera recibir 350.000 demandas de asilo.
En el comunicado, las autoridades señalaron que sería irresponsable que Estados Unidos buscara que grandes cantidades de refugiados se instalaran cuando «la crisis humanitaria y de seguridad en la frontera sur ya impone una extraordinaria carga al sistema de inmigración».
El Departamento de Estado destacó los tres acuerdos migratorios firmados con los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y el Salvador).
Según dijo la semana pasada el secretario interino de Seguridad Interior de Estados Unidos, Kevin McAleenan, «el núcleo» del pacto con El Salvador «es reconocer el desarrollo de un sistema de asilo propio» en el país y ayudarlo a «desarrollar esa capacidad».
El Departamento de Estado dijo este jueves que estos acuerdos «van a permitir a Estados Unidos reenfocar sus recursos en el actual atasco de casos que ahora mismo afecta a un millón de personas».
– El ejemplo de Colombia –
«Hoy es un día muy triste para Estados Unidos», dijo David Miliban, presidente ejecutivo de International Rescue Committee.
«Esta decisión representa un daño aún mayor al liderazgo de Estados Unidos a la hora de proteger a las personas más vulnerables en el mundo», agregó.
La ONG Refugees International también criticó el anuncio.
«Actualmente estoy en Colombia donde cada día unas 5.000 venezolanos buscan refugio cada día», dijo en un comunicado el presidente de la organización humanitaria, Eric Schwartz.
Según el gobierno colombiano, en el país hay unos 1,4 millones de venezolanos que huyen de la debacle económica y de la aguda crisis política en el país vecino.