Buenos Aires (AFP) – El gobierno de Argentina envió este martes al Congreso un proyecto de ley para reestructurar su onerosa deuda pública, mientras pide «tiempo» y «buena fe» a sus acreedores, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Tenemos una carga de deuda que es insostenible», aseguró el ministro de Economía Martín Guzmán, que timonea una economía en recesión y con un inflación superior al 50%.
«La voluntad de pago está, siempre lo hemos dicho. Pero para poder pagar, el país necesita generar capacidad, y para eso hay que crecer, y para eso es fundamental que exista un alivio de la carga de deuda», dijo el funcionario en una rueda de prensa.
Así, el gobierno hizo llegar al Congreso un proyecto para la reestructuración de la deuda, en busca de que «el país mejore al menos dos de las siguientes tres condiciones: plazos, tasas de interés y monto de capital», explicó Guzmán.
Al asumir la presidencia el 10 de diciembre, Alberto Fernández heredó una deuda pública de unos 335.000 millones de dólares, un 93% del PIB. Esa deuda incluye un préstamo por 44.000 millones de dólares del FMI.
Entre otros puntos, el proyecto de ley autoriza al Ejecutivo a «efectuar las operaciones de administración de pasivos y/o canjes y/o reestructuraciones de los servicios de vencimiento de intereses y amortizaciones de capital de los títulos públicos emitidos bajo ley extranjera», según una copia difundida en medios locales.
Tras el anuncio de la iniciativa, el índice líder Merval de la Bolsa de Buenos Aires cayó 3,64% a 41.485,86. En la jornada, solo una empresa registró magras ganancias.
Argentina atraviesa una recesión económica desde el segundo trimestre de 2018 y es el país más endeudado de América Latina, al tiempo que tiene cada vez menos reservas en el Banco Central (unos 45.000 millones de dólares).
– «Descalabro» –
La semana pasada, el gobierno de Buenos Aires, la provincia más grande de Argentina, pidió postergar a mayo el pago de capital de un bono previsto para enero.
«Estamos pidiendo la misma buena fe y responsabilidad que está teniendo el gobierno argentino y el de la provincia de Buenos Aires a los bonistas. Estamos pidiendo que nos den el tiempo necesario para resolver un problema de descalabro macroeconómico que ha afectado a todo el país», señaló Guzmán.
Las conversaciones de Argentina con el FMI «se vienen dando en un tono constructivo», aseguró el ministro, al subrayar que el país «enfrenta una carga de amortización de capital muy alta» para 2021, 2022 y 2023.
Sin embargo, sostuvo que no aceptará «ninguna condicionalidad» por parte del organismo, al estimar que el programa de préstamo que diseñó con el gobierno anterior «fue un estrepitoso fracaso».
– Default selectivo –
Este mismo martes, la agencia calificadora S&P bajó a «default selectivo» (SD) su nota para la deuda argentina en moneda local, pero mantuvo en «CCC-» (alto riesgo) y con perspectiva negativa la deuda en moneda extranjera.
La degradación fue decidida un día después que el gobierno canjeara voluntariamente bonos de corto plazo en pesos argentinos que vencían próximamente por dos títulos nuevos que vencerán en setiembre.
Si bien el acuerdo fue voluntario «se mantiene la incertidumbre sobre los planes para cumplir similares obligaciones denominadas en pesos que vencen en los próximos meses», observó la calificadora.
El gobierno postergó unilateralmente hasta agosto el pago de unos 9.000 millones de dólares de vencimientos de letras de corto plazo en dólares.