Mérida (México).- La divinidad Ek Chuah, conocido como «estrella negra» y venerado en tiempos prehispánicos como el protector de los comerciantes y cacaoteros, ahora preside la nueva exposición del Museo Regional de Antropología de Yucatán (MRAY), en el Palacio Cantón.
Esta muestra, dedicada a ilustrar el dinámico comercio maya, estará abierta al público hasta julio de 2025, ofreciendo un viaje a través del tiempo para explorar las redes comerciales que florecieron en la península de Yucatán.
Bernardo Sarvide Primo, director del museo, destaca que la exposición presenta 150 piezas arqueológicas que detallan los productos comercializados por los mayas y sus rutas de intercambio con otras regiones mesoamericanas, incluyendo áreas de los actuales territorios de Guatemala, Belice y Honduras.
Estas piezas, que datan de los periodos Clásico (300 d.C.-1100 d.C.) y Posclásico (1100 d.C.-s. XVI), incluyen desde cerámica plumbate del Soconusco chiapaneco hasta esculturas de Ek Chuah, representado como un anciano con un solo diente, pintado de negro y con el pelo atado, evocando la imagen de un mono.
Los visitantes también podrán admirar objetos lapidarios y malacológicos, como adornos de jade y concha, y piezas metálicas como pendientes y cascabeles de oro, recuperados de contextos rituales en zonas arqueológicas como Oxkintok y el Cenote Sagrado de Chichén Itzá, así como de la ofrenda funeraria de Ukit Kan Lek Tok’, un gobernante de Ek’ Balam.
La exposición se nutre de los estudios del arqueólogo Luis Millet Cámara, del Centro INAH Yucatán, y ofrece un panorama de cómo se expandió esta actividad y cómo cambió tras la invasión española.
Sarvide detalla que la muestra está organizada en seis núcleos temáticos: introducción al comercio maya, organización política, Ek Chuah como protector del comercio, rutas y puertos utilizados, navegación maya y transformaciones comerciales y políticas en Yucatán durante el siglo XVI.
Antes de la llegada de los conquistadores, la organización sociopolítica maya se basaba en el dominio de linajes que controlaban el acceso a recursos y a bienes de prestigio. Los mercaderes, frecuentemente emparentados con los gobernantes, poseían importantes recursos como huertas de cacao en Tabasco y Xicalango.
Durante las ferias y en los santuarios-mercados, se intercambiaban bienes derivados del tributo y del comercio interregional, realizado tanto por vías terrestres como marítimas. Los chem, canoas de hasta 9 metros de longitud que transportaban entre 15 y 20 personas, eran fundamentales para conectar con otros sitios a lo largo de los golfos de México y de Honduras.
Fray Diego de Landa, en su Relación de las cosas de Yucatán, señalaba que los mayas se inclinaban hacia el comercio, transportando sal, ropa y esclavos hacia Ulúa y Tabasco a cambio de cacao y cuentas de piedra, que funcionaban como moneda.
En el siglo XVI, los productos base como la milpa siguieron siendo fundamentales, aunque los europeos tomaron control de productos de exportación como las mantas de algodón y la sal. La cría de ganado bovino introducida por los conquistadores avanzó lentamente, afectando las comunidades mayas.
Para el público joven, la exposición ofrece un área lúdica donde pueden aprender de manera interactiva sobre la importancia cultural del comercio entre los mayas, tanto en el pasado como en el presente.
La exposición «Ek Chuah. El comercio entre los mayas» no solo es una ventana al pasado, sino una oportunidad única de comprender las complejas redes comerciales que definieron una de las civilizaciones más intrigantes de Mesoamérica.
Invita a expertos y neófitos por igual a descubrir los secretos de un tiempo donde el comercio era tanto una actividad económica como un acto cargado de profundos significados rituales y sociales.