Washington (AFP) – Estados Unidos añadió este viernes a un banco cubano a su lista de entidades sancionadas, alegando que «beneficia desproporcionadamente» a los militares de la isla y ayuda a financiar la «injerencia» de La Habana en Venezuela.
Esta medida se produce en medio de recientes especulaciones sobre que el gobierno del presidente Donald Trump, en sus últimos días al frente de la Casa Blanca, sopesa la posibilidad de volver a designar a la isla como Estado patrocinador del terrorismo.
El Departamento de Estado anunció en un comunicado la adición del Banco Financiero Internacional S.A. (BFI) a su Lista Restringida de Cuba, que generalmente prohíbe las transacciones financieras directas con las entidades listadas.
«El BFI es un banco comercial controlado por los militares cubanos que se beneficia directamente de las transacciones financieras a expensas del pueblo cubano», dijo el secretario de Estado estadounidense, Michael Pompeo, en el comunicado.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, el ejército cubano utiliza las divisas del banco para «dar acceso preferencial a militares y empresas estatales, asegurar tipos de cambio ventajosos y financiar proyectos controlados por el gobierno que enriquecen al régimen».
Así, las ganancias «benefician de manera desproporcionada a los militares cubanos (…) fomentando la represión del pueblo cubano y financiando la injerencia de Cuba en Venezuela», añadió el texto.
El ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, reaccionó en Twitter: la «nueva medida punitiva del Departamento de Estado (…) pretende reforzar un cerco económico que no ha podido destruir la Revolución Cubana en 62 años».
De concretarse este movimiento, Cuba sufriría trabas significativas a la inversión extranjera y podría verse obstaculizada la diplomacia con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden.
Especulaciones –
Según el diario The New York Times, el Departamento de Estado ya elaboró una propuesta para incluir a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, pero no está claro si Pompeo la aprobaría.
Un portavoz del Departamento de Estado se negó a comentar las «posibles deliberaciones sobre la designación» de Cuba.
Esta especulación provocó ya hace unos días una reacción por parte del canciller cubano, quien reiteró una denuncia frecuente de que es Estados Unidos el que alberga «grupos terroristas que actúan contra Cuba».
Esta postura es rechazada por los activistas anticomunistas cubano-estadounidenses.
No está claro por qué motivos Pompeo incluiría a Cuba en la lista, pero antiguamente Estados Unidos acusaba a La Habana de apoyar a los movimientos de izquierda en el hemisferio occidental, como el de Venezuela.
Washington mantiene tensas relaciones con Caracas desde el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, y actualmente no reconoce a su sucesor, Nicolás Maduro.
El 3 de enero se celebrará el 60º aniversario de la ruptura de las relaciones entre Estados Unidos y la isla tras la revolución.
Las tensiones bilaterales se habían relajado bajo el mandato del presidente estadounidense Barack Obama, quien estableció relaciones diplomáticas y retiró a Cuba de la lista de terroristas en 2015.
Biden, que fue vicepresidente de Obama, ha dado sólo rasgos generales sobre la política que vislumbra con Cuba, pero indicó que volvería a relajar algunas restricciones al tiempo que seguirá planteando preocupaciones sobre derechos humanos.
Solo tres naciones permanecen en la lista negra estadounidense, Irán, Corea del Norte y Siria, después de que Trump eliminara a Sudán el mes pasado.