Washington (AFP) – Estados Unidos subió el viernes la presión contra Nicolás Maduro, a quien considera ex presidente de Venezuela, mientras prepara un avión militar con ayuda humanitaria en medio del pulso por el poder entre el mandatario y el opositor Juan Guaidó.
El gobierno de Donald Trump, que junto a otro medio centenar de países reconoce a Guaidó como presidente interino, anunció medidas punitivas contra cinco funcionarios de inteligencia y seguridad cercanos a Maduro, que se suman a una batería de sanciones aplicadas en los últimos meses por Washington.
«Tenemos la determinación de actuar contra quienes facilitan la corrupción y las prácticas predatorias de Maduro», dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Las sanciones, que suponen el congelamiento de activos y la imposibilidad de hacer negocios en Estados Unidos, afectan al jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Manuel Ricardo Figuera, a quien Washington acusa de «torturas masivas», y a Manuel Salvador Quevedo Fernández, presidente de la petrolera estatal PDVSA.
También figuran el comandante de la Guardia Presidencial, Iván Hernández Dala, señalado de reprimir a opositores, el primer comisario del Sebin, Hildemaro Rodríguez Mucura, quien según Washington ordenó la detención de Guaidó; así como Rafael Enrique Bastardo Mendoza, jefe de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), el «grupo de exterminio» de Maduro, según el Tesoro.
«Tal y como solicitamos, tenía que haber justicia», tuiteó Guaidó al celebrar las sanciones.
Estados Unidos ya congeló cuentas y activos venezolanos -cuyo control entregó a Guaidó-, y desde el 28 de abril embargará la importación de crudo de Venezuela, vital para Caracas, que cifra en 30.000 millones de dólares el daño a la economía por el «bloqueo estadounidense».
– «Migajas» –
Venezuela vive un colapso económico marcado por la hiperinflación y la escasez de alimentos y medicinas, del cual la oposición culpa a Maduro. Millones están en la pobreza y al menos 2,3 millones huyeron del país desde 2015, según la ONU.
Estados Unidos «sigue profundamente preocupado por la crisis en Venezuela, que tiene consecuencias para toda la región», señaló el viernes el Pentágono en un comunicado.
Para paliar la situación, las fuerzas militares estadounidense transportarán unas 200 toneladas de ayuda humanitaria a Colombia, dijo un funcionario de defensa estadounidense. La ayuda se enviaría en los próximos días, probablemente a bordo de un avión de transporte C-17, explicó bajo anonimato.
Pero Caracas niega que haya una «emergencia humanitaria» y ve el ingreso de ayuda como primer paso a una intervención militar.
Maduro denunció el viernes «planes de guerra» de los gobiernos de Trump e Iván Duque y llamó a militares a preparar un «plan especial de despliegue» en la frontera con Colombia, tras calificar de «migajas» la ayuda humanitaria que ya mandó Washington a solicitud de Guaidó.
Un cargamento de medicinas y alimentos está almacenado desde el 7 de febrero en la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta, cerca de un puente bloqueado por militares venezolanos con contenedores y un camión cisterna.
Guaidó asegura que la asistencia ingresará «sí o sí» el 23 de febrero, cuando cumplirá un mes de haberse proclamado luego de que el Legislativo declarase «usurpador» a Maduro al denunciar su reelección como «fraudulenta».
– Arreaza y Abrams –
Este viernes, en una videoconferencia transmitida en vivo vía Instagram, Duque, de visita en Estados Unidos, prometió a Guaidó apoyarle de «manera decidida» para el paso de la asistencia por la frontera.
En un encuentro con Duque el miércoles, Trump insistió en que «todas las opciones» están sobre la mesa en Venezuela y advirtió que Maduro comete un «terrible error» al impedir el ingreso de la ayuda.
Duque exhortó el viernes en la sede de la OEA a estrechar el cerco diplomático contra la «horrenda dictadura» de Maduro.
Maduro reveló por otra parte en una entrevista con la agencia AP que su canciller Jorge Arreaza se reunió recientemente dos veces en Nueva York con el representante del gobierno de Trump para Venezuela, Elliott Abrams. Y dijo que estaría dispuesto a encontrarse él mismo con Abrams.
Tras asistir a una sesión extraordinaria del consejo permanente de la OEA sobre Venezuela, el vicecanciller venezolano, Samuel Moncada, declinó dar detalles de esas citas: «Yo no voy a decir nada porque tengo un clip en la boca sobre ese tema. Tengo amnesia. No puedo hablar».
Para el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, el hecho de que Maduro haya dicho públicamente que quiere hablar con Estados Unidos «demuestra que está comprendiendo cada vez más que el pueblo venezolano está rechazando su modelo» y que Guaidó «conducirá a Venezuela y a su pueblo hacia elecciones libres» y una recuperación económica.
Expertos de la OEA advirtieron que realizar nuevas elecciones en Venezuela «llevará tiempo» y señalaron como «condición ‘sine qua non'» que previamente Maduro deje el poder.
La Unión Europea y Uruguay enviarán por su parte la próxima semana una misión electoral y de ayuda humanitaria a Caracas, en el marco del Grupo de Contacto Internacional (GCI), anunciaron fuentes europeas.