Washington (AFP) – Estados Unidos denunció el viernes violaciones diarias de los derechos humanos en China, Rusia, Irán y Corea del Norte, que describió como «fuerzas desestabilizadoras» en el mundo, y deploró la situación en Siria, Birmania y Venezuela.
En su informe anual sobre derechos humanos en el mundo para el año 2017, el gobierno del Donald Trump se centró en lo que describió como acciones de desestabilización por parte de agentes gubernamentales, que consideró una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y el mundo.
«Los gobiernos de China, Rusia, Irán y Corea del Norte violan diariamente los derechos humanos de aquellos dentro de sus fronteras y como resultado son fuerzas desestabilizadoras», escribió el secretario de Estado interino, John Sullivan, en el prólogo.
Sullivan puso a estos países como ejemplo de «estados que restringen las libertades de expresión y reunión pacífica, que permiten y cometen actos de violencia contra miembros de grupos religiosos, étnicos y otros grupos minoritarios, o que socavan la dignidad fundamental de las personas».
Estados así «son moralmente reprensibles y socavan nuestros intereses», dijo.
Al presentar el informe, Sullivan condenó también a Siria, por los «horrendos» abusos gubernamentales contra la población civil; a Birmania, por la «limpieza étnica» contra los musulmanes rohinyás; a Turquía por la «detención de decenas de miles de personas», y a Venezuela, por propiciar la represión política y generar una «creciente crisis humanitaria».
«En Venezuela, el régimen de (Nicolás) Maduro reprime los derechos humanos de su pueblo y les niega el derecho a tener voz en su gobierno», dijo Sullivan.
El informe, que repasa el respeto de los derechos humanos en unos 200 países en base a datos recabados por las embajadas en todo el mundo, no genera ninguna acción de Estados Unidos contra los presuntos autores de abusos, pero sirve al Congreso para tomar decisiones de ayuda exterior.
– Cuestiones «sociales» –
Organizaciones de derechos humanos cuestionaron el enfoque del Departamento de Estado para 2017, por considerar que redujo el espectro de violaciones de los derechos humanos reconocidos internacionalmente.
Según Human Rights Watch (HRW), el informe deja de lado «el análisis de las libertades sexuales y reproductivas, lo cual refleja la hostilidad de la administración Trump hacia estos temas».
«La administración desacredita así un documento sobre el que se apoyan desde hace tiempo el Congreso, los gobiernos y activistas extranjeros para evaluar el estado de los derechos humanos en el mundo», dijo a AFP Andrea Prasow, directora de HRW para Washington.
China, Corea del Norte y Bielorrusia, por ejemplo, son cuestionados por abortos y esterilizaciones bajo coacción, pero el acceso a abortos y anticonceptivos no es considerado un derecho universal en el informe.
Uno de los autores del informe, el embajador Michael Kozak, reconoció que en la metodología del informe este tema había vuelto a un estándar anterior.
«Se supone que se trata de derechos humanos internacionalmente reconocidos», dijo, y subrayó que el informe tenía como objetivo registrar los abusos cometidos por políticas de gobierno, no por cuestiones «sociales».
El año pasado, el reporte fue preparado a partir de información recogida bajo el gobierno de Barack Obama, antecesor de Trump.
El primer secretario de Estado de Trump, Rex Tillerson, despedido en marzo, fue muy criticado por negarse a presentar públicamente ese documento, como tradicionalmente habían hecho sus predecesores.
– Guerra contra las drogas –
Su sucesor designado, el director de la CIA y el halcón de la política exterior Mike Pompeo, aún no ha sido confirmado en el cargo por el Senado, pero los defensores de los derechos humanos ya han dado la voz de alarma sobre sus puntos de vista.
El excongresista tiene puntos de vista socialmente conservadores: fue un opositor del matrimonio gay y se negó a decir durante su audiencia de confirmación si considera que la homosexualidad es una «perversión».
Trump, por su parte, es visto como un líder cuestionable de un país que se considera punta de lanza en derechos humanos.
Durante su campaña electoral de 2016, Trump dijo muchas veces que favorecía la tortura de sospechosos de terrorismo con prácticas de submarinismo, «o cosas mucho peores», y respaldó el asesinato de las familias de los sospechosos.
Como presidente se mostró cercano al mandatario filipino Rodrigo Duterte, a pesar de que el informe publicado el viernes registró cientos de asesinatos extrajudiciales en su polémica guerra contra las drogas.
El reporte anual de Estados Unidos sobre derechos humanos es uno de los documentos más consultados en el sitio web del Departamento de Estado y suele citarse en los debates del Congreso, las audiencias de pedidos de asilo y los debates de política exterior.