Washington (AFP) – El gobierno de Joe Biden anunció este lunes que Estados Unidos otorgará un Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés) a cerca de 300.000 venezolanos que están en su territorio, una medida que impide su deportación y les permite trabajar.
Un alto cargo del gobierno estadounidense informó a los periodistas, bajo condición de anonimato, que este decreto estará vigente por 18 meses debido a las «extraordinarias circunstancias temporales» que hay en Venezuela, cumpliendo con una promesa de campaña hecha por Biden.
«No es seguro para los venezolanos volver», indicó el funcionario estimando que unas 300.000 personas pueden acceder a este beneficio.
En el anuncio, el gobierno de Biden recalcó que este estatuto es exclusivo para personas ya presentes en el territorio estadounidense el lunes 8 de marzo.
«Si alguien llega mañana o cualquier día después, no califica», advirtió el alto cargo.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) indicó que esta designación se debe a las extraordinarias circunstancias que atraviesa Venezuela «incluyendo una crisis humanitaria compleja marcada por el hambre y la desnutrición generalizadas, la creciente presencia de grupos armados no estatales, la represión y una infraestructura en ruinas»
La protección del TPS está diseñada para países que sufren conflictos armados o desastres medioambientales como huracanes o terremotos, o situaciones catastróficas como epidemias.
Además del permiso de trabajo y la garantía de que no serán deportados, los beneficiarios del TPS pueden optar a una autorización de viaje.
El destino de los venezolanos en Estados Unidos lleva años en el debate político de Washington y, en el último día de su mandato, el expresidente republicano Donald Trump les otorgó una protección frente a las deportaciones, denominada Salida Forzosa Diferida (DED en inglés).
Durante la campaña electoral, Biden criticó a Trump por deportar «sin piedad» a los venezolanos y por negarse a otorgarles el TPS, ya que el gobierno republicano quiso terminar con este estatuto, temiendo que se volviera una vía hacia la ciudadanía para muchos indocumentados.
Andrés González, de 24 años, llegó hace cuatro años a Miami y está tramitando el asilo. Todavía está esperando la cita para la entrevista y no está seguro de que se lo den. Trabaja en una arepera -sitio de comida típica venezolana- en el centro de la ciudad. Suspiró de alivio cuando se enteró de la medida.
«Lo del TPS está buenísimo porque todas las personas como yo que están pidiendo asilo o que van llegando y no han metido asilo, o cualquier cosa así, no tienen la preocupación de que los vayan a botar, que los vayan a deportar, que les digan que no, porque tienen 18 meses para poder resolver», dijo a la AFP el joven.
Los venezolanos tendrán 180 días para solicitar este beneficio migratorio en Estados Unidos y el trámite tiene un costo total de 545 dólares, además de estar sujeto a la verificación de antecedentes.
Motivaciones políticas –
El funcionario estadounidense negó que esta medida tuviera una motivación política de cara al electorado del sur de Florida, una pieza clave en las elecciones en Estados Unidos y que en las últimas elecciones favoreció a Trump.
«Para nada, el sufrimiento y la continua inestabilidad que ha soportado el pueblo venezolano está bien documentado», indicó el alto cargo.
El gobierno de Biden ha desmantelado muchas de las políticas migratorias del gobierno de Trump y actualmente los demócratas impulsan una reforma migratoria en el Congreso con el apoyo de la Casa Blanca.
Estados Unidos no reconoce al gobierno de Nicolás Maduro por considerar que su segundo mandato es ilegítimo debido a irregularidades en las elecciones de 2018 y considera como presidente interino al líder opositor Juan Guaidó.
Guaidó reaccionó en Caracas afirmando que «los venezolanos que se han visto obligados a huir a Estados Unidos por temor a perder sus vidas ahora pueden dormir más tranquilos».
Venezuela vive una grave crisis económica y humanitaria y es objeto de denuncias de violaciones de los derechos humanos, una situación que ha llevado a 5,4 millones de personas a huir de su país, según cifras de la ONU.
En febrero, Colombia, el principal destino de los venezolanos que salieron de su país, anunció un plan para regularizar a cerca un millón de migrantes en su territorio.
El presidente de Colombia, Iván Duque, celebró la decisión estadounidense.
«Juntos, Estados Unidos y Colombia, trabajaremos por política migratoria fraterna y humanitaria, además de continuar los esfuerzos por el retorno de democracia a Venezuela», escribió el mandatario en Twitter.