Lima (AFP) – Perú y Ecuador han enterrado el hacha de guerra. La decisión del gobierno ecuatoriano, anunciada este jueves, de suspender la construcción del muro fronterizo que ha emponzoñado las relaciones bilaterales es el primer paso para una renovada relación bilateral.
La canciller ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, anunció este jueves a su par de Perú, Ricardo Luna, en la capital peruana, que su gobierno había decidido suspender la construcción del muro que iba a recorrer un trecho de la frontera binacional a la altura de Huaquillas y Aguas Verdes.
«La Canciller del Ecuador confirmó la suspensión de la construcción del muro en la margen derecha del Canal de Zarumilla», dijo la cancillería en un comunicado, al término de una reunión de los dos jefes de la diplomacia.
Espinosa y Luna acordaron que sus vicecancilleres explorarán el 24 de julio en Lima «una solución integral en el marco del Acuerdo de Bases de 1998», nombre del acuerdo de paz entre Perú y Ecuador firmado en Brasilia, poniendo fin a más de medio siglo de reclamos fronterizos ecuatorianos.
Ambos países habían ido a las armas en más de una ocasión, la última en 1995.
La noticia motivó que Lima anunciara el regreso inmediato de su embajador Hugo Otero a Quito, tras llamarlo a consultas a principios de semana a la capital peruana.
La canciller ecuatoriana se encuentra en Lima para participar en un evento del Grupo Andino.
Perú había solicitado el pasado 5 de junio la suspensión del muro de tres metros de altura que se había empezado a erigir poco antes de terminar la gestión del presidente Rafael Correa, el pasado mayo, para frenar el contrabando y evitar las inundaciones en invierno.
Perú y Ecuador comparten 1.500 km de frontera, la mayoría en la región amazónica, pero una parte está dividida por el canal del río Zarumilla, que separa a la ciudad ecuatoriana de Huaquillas con la peruana de Aguas Verdes, una zona donde ha abundado por décadas el comercio informal.
Lima aducía que el muro «impactaba negativamente» la integración fronteriza.
La obra tenía un costo de 4,49 millones de dólares y su conclusión estaba prevista para el 25 de septiembre próximo.
– Reacción crítica de Correa –
«!Qué vergonzoso entreguismo!» y ¡qué falta de personalidad!», lamentó en su cuenta Twitter el expresidente Rafael Correa, muy crítico con su sucesor Lenín Moreno, pese a que apoyó su elección.
«Suspenden construcción del ‘muro’ -en realidad, parque lineal- en Huaquillas, por presiones de Perú», agregó el expresidente.
«¿Saben cuánto trabajo costó desalojar a todos los vendedores informales a las orillas del canal? Esto sí incumplía los acuerdos de paz…», adujo Correa.
El muro se iba a extender sobre el lado ecuatoriano en la localidad de Huaquillas a lo largo de una extensión inicial de 2.000 metros, según Lima, aunque Ecuador precisó que serían unos 800 metros en total.
Esta ‘papa caliente’ había quedado en manos de Moreno, quien visitó Perú tras su victoria y se reunió con su homólogo Pedro Pablo Kuczynski, quien asistió a su toma de posesión en Quito el pasado 24 de mayo.
En una época de integración de las economías latinoamericanas, la construcción del polémico muro ecuatoriano se había sumado a la controversia surgida por el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir otro muro de separación con México, augurando una época de proteccionismo y aislamiento estadounidense.